Guerra de Ucrania – Día 230

Rusia ha continuado con el lanzamiento de misiles de crucero y drones contra las infraestructuras ucranianas, especialmente las relacionadas con la electricidad. Todo apunta a que proseguirá durante los próximos días, como parte de una campaña aérea de bombardeo estratégico, más relacionado con un cambio de dirección en la guerra y con la llegada de Surovikin, como explicamos ayer, que con ninguna respuesta al ataque al puente de Crimea. Pese a al redoblamiento de los ataques, Rusia hay indicios de que Rusia podría estar buscando una salida negociada en mitad de un creciente agotamiento, con lo que estos podrían ser una medida de presión destinada a forzar a Ucrania a negociar.

Después de mas de siete meses de guerra, Rusia ha comenzado lo que parece una verdadera campaña aérea de bombardeo estratégico contra Ucrania. Centrada por el momento en la infraestructura de producción eléctrica, así como en atacar la red de distribución, tendría como objetivo no solo afectar a la economía ucraniana, sino también a la moral de la población, dada la llegada del invierno.

En el informe de ayer apuntábamos ya que una operación de este tipo no se prepara en 48 horas, sino que requiere de una preparación relativamente larga, incluyendo la identificación de objetivos, la acumulación de misiles, el traslado de bombarderos, etcétera. La conclusión es obvia: la campaña de bombardeos responde a un cambio de estrategia por parte de Rusia decidido con antelación, algo que ya apuntaba la inteligencia ucraniana ayer.

Esto no implica necesariamente que el ataque al puente de Kerch, en Crimea, fuese una acción de falsa bandera orquestada por Rusia como justificación, aunque sigue habiendo defensores de esta teoría, especialmente teniendo en cuenta que el ataque habría implicado el uso de explosivo militar y que el camión se habría pasado sin problemas los controles a la entrada del puente. El hecho de que los ucranianos se «anotasen el tanto» y de que no hayan denunciado la falsa bandera, debería ser prueba suficiente de su implicación.

Lo importante en cualquier caso es que Rusia, después de meses de lanzar ataques con misiles sobre Ucrania sin objetivos claros –tema que tratamos con cierto detenimiento en el libro sobre la guerra de Ucrania-, en lo que ha sido un claro error, intenta ahora enmendar la situación en cierto modo. No está claro, en cualquier caso, cuál es la capacidad real que la Fuerza Aérea rusa tiene para sostener esta campaña de lanzamiento de misiles. Recordemos que a diferencia por ejemplo de la USAF, que basa las campañas de bombardeos en bombas lanzadas desde aviones -mucho más baratas y susceptibles de atacar por tanto muchos más objetivos-, Rusia no tiene esta posibilidad.

Es así porque Rusia no ha tenido ni tiene el dominio del aire. En primer lugar porque carece de capacidades SEAD de consideración, algo que ha lastrado sus posibilidades y le ha costado un buen número de bajas. También de aviones furtivos capaces de burlar las defensas aéreas ucranianas. De hecho, no ha tenido supremacía aérea en todo lo que llevamos de guerra, algo significativo. Esto le obliga a confiar en armas stand off, es decir, lanzadas a larga distancia, caso de los misiles de crucero de lanzamiento aéreo, que son muy caros y únicamente permiten alcanzar unos pocos objetivos por salida y eso siempre que se recurra a grandes bombarderos como los Tu-95.

Por otra parte, los misiles de crucero son muy caros de adquirir y difíciles de producir, lo que limita el número de ellos a disposición de Rusia. De hecho, como hemos ido viendo, en varias ocasiones ha recurrido a misiles antiaéreos y antibuque para el ataque a tierra, sin que esto signifique que su stock de misiles de crucero se haya agotado por completo, algo que es evidente que no es así y que ya hemos explicado en varias ocasiones. Sin embargo, sí que tiene cuellos de botella, que se acrecientan debido a la baja fiabilidad y precisión que están demostrando.

En los próximos días, se espera que la aviación rusa siga castigando distintas infraestructuras, a lo que se suman los efectos de los drones Shaheed-136 iraníes. La capacidad para sostener en el tiempo esta campaña está no obstante por ver, así como el impacto que logre. Mientras tanto, parece que los aliados de Ucrania están acelerando el envío de sistemas antiaéreos como los IRIS-T, SAMP-T, etc.

Por otra parte, en diversos canales de Telegram y en cuentas de Twitter se comenta que el despliegue de medios aéreos hecho por Rusia en los últimos dos días tiene que ver con un deseo del general Surovikin de conocer a ciencia cierta cuáles son tanto las capacidades de la defensa aérea ucraniana, como las de su propia Fuerza Aérea a la hora de adentrarse en territorio ucraniano. Lo mismo para la supervivencia de los misiles de crucero lanzados y de los drones iraníes, que en muchos casos, dada su RCS y su velocidad de vuelo, serían relativamente sencillos de derribar para una defensa antiaérea moderna y con capas bien superpuestas.

Hay que tener en cuenta que pese a esto último, Ucrania solo dispone de la capacidad de cubrir a sus tropas en el avance, generando burbujas antiaéreas sobre zonas concretas. «Blindar» un país de más de 600.000 kilómetros cuadrados es un imposible, lo que deja muchas posibilidades a su rival, si bien no contra las tropas, sí contra las infraestructuras civiles. Quizá la llegada de los nuevos sistemas, unida a la inteligencia provista por sus aliados pueda paliar la situación, pero por el momento no es así.

Pasando a los movimientos en el campo de batalla, es obligado comenzar por Járkov. Allí durante las últimas 48 horas se ha venido rumoreando que las tropas rusas habrían vuelto a tomar algunas localidades como Terny o Tors’ke. Ayer explicamos que no había ninguna prueba al respecto, al menos gráfica. Lo más probable es que al tratarse de zonas en disputa, unidades rusas llegasen allí quizá en persecución de tropas ucranianas -Rusia está intentando una defensa móvil- y una vez toparon con las defensas ucranianas, volviesen a replegarse. Esto ha servido para generar una falsa impresión, cuando lo cierto es que Rusia está tratando de montar una línea defensiva de forma apresurada alrededor de Svatove, ciudad a la que están llegando refuerzos en los últimos días, algo mucho más indicativo sobre la realidad de la zona. De hecho, incluso han aparecido pruebas de la presencia ucraniana en alguna de estas localidades, como la citada Torske.

Estas son algunas de las posiciones defensivas ucranianas que las tropas rusas, los milicianos de Donetsk, los operativos de Wagner y los chechenos deberán superar antes de sitiar efectivamente Bakhmut.

En la zona de Bakhmut, en las últimas horas han seguido apareciendo informaciones en las cuentas prorrusas, relativas a la entrada de tropas rusas –o más bien de Wagner– en la ciudad. Hasta donde sabemos, se continúa luchando en zonas al este, como la zona del vertedero, sin que haya por el momento documento alguno que pruebe que rusos o milicianos hayan logrado ir más allá. De hecho, ni siquiera controlan dicha zona, sino que regularmente tratan de asaltarla hasta ahora sin éxito. Las luchas más importantes se estarían produciendo en cualquier caso en dirección a Opytne, mientras que los rusos también intentarían castigar las posiciones defensivas ucranianas en Klishchiivka, desde donde los ucranianos pueden a su vez hacer fuego sobre la carretera T0513 frustrando los intentos rusos de tomarla por más puntos.

En la zona de Donetsk no se han producido novedades respecto a lo comentado ayer. Los combates siguen produciéndose en las mismas zonas, pero continúan sin darse cambios de posiciones.

Al sur, en Jersón, los combates se están centrando en Borezenske, localidad controlada por Rusia que estaría siendo golpeada constantemente por la artillería ucraniana, a la espera de lanzar ataques en los próximos días. Mientras tanto, han detenido los intentos de asalto sobre las localidades vecinas de Sadok y Bruskyns’ke, consiguiendo por el momento los rusos mantener bajo control la carretera T2207 hacia Nova Kakhovka.

De hecho, como puede verse en el mapa sobre estas líneas, la zona en la que aguantan las tropas rusas, al sur de la línea negra, está bien articulada, tanto por la citada carretera como por la T0403 que llega a Mylove, así como por otras que comunican ambas, algo que no ocurría antes de que se ordenase el repliegue. De esta forma, la ofensiva ucraniana en el sur, si bien no está del todo estancada, difícilmente retomará a corto plazo la velocidad de avance de días atrás, ya que la densidad de tropas rusas es mucho mayor y la posibilidad de abastecerlas, aunque sea bajo el fuego de los HIMARS, también lo es.

Mapa de situación actualizado a 11 de octubre de 2022. Fuente – @War_Mapper.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Durante la jornada 230ª de guerra en Ucrania y propiciado por los ataques con misiles rusos por toda Ucrania ayer, el G7 se ha reunido con carácter urgente, en una reunión en la que la UE también ha estado presente a través del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. 

Como resultado del encuentro, han emitido una declaración basada en 13 puntos en la que se condenan dichos ataques y recuerdan que los ataques indiscriminados contra civiles suponen un crimen de guerra, al tiempo que también condenan y rechazan inequívocamente la anexión ilegal de Rusia de las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. 

De igual modo condenan las acciones llevadas a cabo por Rusia en la central nuclear de Zaporiyia e instan a las autoridades bielorrusas a que dejen de permitir que las fuerzas armadas rusas usen el territorio del país para continuar su agresión contra Ucrania, además de exigir que deje de facilitar apoyo a Rusia. Han enfatizado que el anuncio del día de ayer acerca de la creación de un grupo militar conjunto constituye el ejemplo más reciente de la complicidad del régimen bielorruso con Rusia. Sobre la escalada también se han pronunciado, afirmando lo siguiente:

“Deploramos las medidas deliberadas de escalada de Rusia, incluida la movilización parcial de reservistas y una retórica nuclear irresponsable, que pone en peligro la paz y la seguridad mundiales. Reafirmamos que cualquier uso de armas químicas, biológicas o nucleares por parte de Rusia tendría graves consecuencias.”

Por último, los líderes del G7 han reiterado que continuarán imponiendo costos económicos a Rusia, incluidos individuos y entidades, así como brindando apoyo financiero, humanitario, militar, diplomático y jurídico, manteniéndose firmes “con Ucrania durante el tiempo que sea necesario”. 

Durante su intervención, el presidente Zelenski ha hecho hincapié en que “dirigir internacionalmente ataques contra civiles y bienes civiles, es decir, contra objetivos que no son militares, equivale a un crimen de guerra”. En este sentido también se ha pronunciado Dmytro Kuleba, ministro de Exteriores ucraniano: 

Asimismo, el presidente ucraniano ha subrayado que “pueden aplicar la fórmula de la paz para que el estado terrorista no tenga ninguna posibilidad” -recuérdese que esta fórmula basada en cinco puntos la presentó Zelenski ante la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre. 

En lo que concierne a la ayuda, el presidente ucraniano ha destacado que es necesario que se intensifiquen los esfuerzos comunes para crear un escudo aéreo para Ucrania. Así pues, ha dado las gracias a Alemania por acelerar la entrega de los sistemas IRIS-T, y a Francia e Italia les trasladad que esperan con ansias la entrega de los sistemas SAMP-T. Del mismo modo, Zelenski ha pedido que mañana en la reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania o bajo el formato de Ramstein discutan la necesidad de proveer a Ucrania un número suficiente de misiles para los sistemas de defensa aérea y antimisiles en servicio o a incorporar en el futuro próximo. Cabe recordar que esta reunión se desarrollará en paralelo a la cumbre ministerial de la OTAN.

De otro lado, ha insistido en que el sector energético ruso debe bloquearse a través de las sanciones con el fin de “romper la estabilidad de los ingresos rusos del petróleo y del comercio de gas”. 

Por último, también un tema obligado: Bielorrusia. Zelenski ha reiterado que Ucrania no ha planeado ni planeará acciones militares contra Bielorrusia y que Rusia está tratando de atraer directamente a Minsk a la guerra. Ante esta situación, las autoridades ucranianas han planteado la posibilidad de que se establezca una misión de observación internacional en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia para monitorear la situación de seguridad. A los líderes del G7 les ha pedido que apoyen esta iniciativa por lo que habrá que estar atentos a las decisiones en este ámbito también. 

Del lado ruso también conviene señalar que el presidente Putin se ha reunido con el director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA), Rafael Mariano Grossi, como parte de los esfuerzos de la Agencia para prevenir un accidente nuclear en Ucrania y poniendo el énfasis en la necesidad urgente de establecer una zona de protección y de seguridad alrededor de la plata de energía nuclear de Zaporiyia. No obstante, los posibles avances en este ámbito no se han hecho públicos y ahora el director volverá a reunirse con el presidente Zelenski. 

Siguiendo con Putin, se espera que el mandatario ruso se reúna mañana con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan. Por su parte, Sergei Lavrov ha comentado que Rusia está abierta a mantener conversaciones con Occidente, pero que aún no ha recibido una propuesta seria para negociar. Igualmente, ha aseverado que Rusia no rechazaría una reunión entre el presidente Putin y el presidente estadounidense Joe Biden en la próxima cumbre del G-20 en noviembre, todo lo cual no dejan de ser indicios de cierto agotamiento ruso y de una búsqueda de una salida negociada.

De hecho, las advertencias nucleares, el redoblamiento de los ataques aéreos, el recurso a Macron o a Erdogan, las palabras de Lavrov e incluso el recurso a personajes como Elon Musk podrían ser una muestra de que Rusia está buscando a toda costa una salida negociada al conflicto. No obstante, y por lo que parece, sus exigencias continúan siendo inaceptables para Ucrania en un momento en el que Rusia ha perdido la iniciativa en el campo de batalla.

Por último y volviendo sobre la OTAN, la semana que viene la Alianza llevará a cabo su ejercicio anual para probar el estado de la preparación de sus capacidades nucleares. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha afirmado: “este es un entrenamiento de rutina que ocurre todos los años para mantener nuestra disuasión segura y efectiva”. 


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