En las últimas horas, las Fuerzas Armadas ucranianas han seguido logrando progresos como la toma de Makiívka, que le acerca un paso más a la P66. Además, es la primera localidad relativamente importante que los ucranianos recuperan en Lugansk. En Rusia, mientras tanto, continúan dándose las señales por una parte de divisiones internas, y por otra de cierta disposición a la escalada nuclear en vista de la falta de opciones. Todo mientras Zelensky pide algún tipo de acción preventiva por parte de la OTAN contra Rusia y Rusia despliega drones suicidas Shaheed-136 en Bielorrusia.
La guerra de Ucrania sigue un curso prácticamente idéntico al de los días pasados. Las Fuerzas Armadas de Ucrania, aunque ahora más lentamente, siguen retomando el terreno conquistado por Rusia meses atrás, penetrando cada vez más en Lugansk, territorio que para Moscú es parte de la Federación Rusa tras la anexión. Hoy, concretamente, las AFU habrían logrado entrar en Makiívka, lo que implica que también habrían hecho lo propio en la cercana Nevs’ke -puesto que han avanzado hacia allí desde el oeste y el sur- aunque de esto último no han aparecido pruebas gráficas.
La toma de Makiívka, sin ser determinante, es un paso importante de cara a consolidar el control de algunos tramos de la P66, carretera sobre la que ya estarían lanzando desde días atrás misiones SOF para causar problemas a los rusos, hacer reconocimiento -incluso en fuerza-, etc. Si finalmente lo consiguen, estarán en posición de amenazar Kreminna desde el norte, así como Svatove desde el sur y no solo desde el oeste. Respecto a lo que significaría la caída de Svatove y Kreminna, por cierto, se ha pronunciado hoy el ínclito «Strelkov», que se muestra cada día más pesimista.
Mientras todo esto ocurría, Ucrania ha denunciado un ataque ruso desde Ustinka en dirección a Lyptsi, al norte de Járkov. Puede ser un encontronazo entre tropas de frontera, o una acción rusa destinada a mantener en tensión el norte de esta región ucraniana y detraer tropas de la ofensiva que están llevando a cabo al este de la misma.
En el caso de Bakhmut, han seguido los ataques rusos y milicianos contra Vyimka, contra Bakhmuts’ke y Soledar, así como contra Odradivka y hacia Shumy. No se han registrado avances importantes, lo que no quiere decir que no los haya habido, pues poco a poco Rusia consigue arañar pequeñas parcelas a Ucrania en la zona, aunque sin llegar comprometer seriamente la posición de esta ciudad, al menos por el momento.
En Donetsk, las discusiones giran en torno a Permovais’ke, que algunas fuentes consideran cercana a caer. Ocurra o no en los próximos días, sí parece que las tropas rusas han conseguido seguir avanzando desde el sur de Pisky hacia allí, adentrándose más allá del puente en construcción del que hablamos hace un par de días.
Respecto al sur, no se han producido movimientos, aunque sí combates. Los ucranianos habrían conseguido frustrar un ataque ruso contra Ternovi Pody, en Jersón, aunque la parte más importante de la acción se desarrolla en la zona de Mylove, en donde ambos bandos estarían haciendo buen uso de la artillería y, al menos por el momento, las líneas rusas aguantan tras el repliegue de días atrás.
Para finalizar la parte militar del informe, unos apuntes sobre el peligro de escalada vertical (nuclear). En primer lugar, han levantado mucho revuelo las palabras de Biden en referencia al «armagedón nuclear». Lo cierto es que el Presidente estadounidense tiene razón, es decir, que nunca desde la Crisis de los Misiles cubanos hemos estado tan cerca de una guerra nuclear, lo que no implica necesariamente un intercambio masivo.
El problema aquí es una y otra vez la escalada. Son cada vez más las señales de que la cúpula rusa está valorando muy seriamente –con miembros que serían abiertamente favorables a– el empleo de armamento atómico contra Ucrania. Zelensky, que después de ignorar la amenaza rusa antes de la guerra, ahora parece haber dado un giro de 180º, parece creer a pies juntillas en que posibilidad de que esto ocurra y –a nuestro juicio equivocadamente– ha solicitado en dos ocasiones en los últimos días un ataque preventivo por parte de la OTAN que demuestre a Rusia la determinación de la Alianza. Hemos dicho un ataque preventivo, que no conviene confundir con uno nuclear, porque el Presidente ucraniano en ningún momento ha hecho referencia a ese término sino que ha dejado la cuestión sobre el tipo de ataque sin respuesta clara.
El problema aquí es que, como dijimos días atrás, estamos en terra ignota en muchos sentidos. En caso de escalada nuclear, parece claro que -haya o no una prueba previa en la propia Rusia a modo de «signalling»-, el primer ataque sería contra Ucrania. A partir de ahí, las opciones son múltiples y dependen tanto de la respuesta occidental como de la interpretación que Rusia haga de dicha respuesta -que muy posiblemente fuese convencional y limitada a las tropas rusas en el territorio de Ucrania-. En determinadas condiciones, los decisores rusos podrían considerar adecuado una escalada mucho menos gradual de lo que habitualmente pensamos, sin que esto signifique el lanzamiento de un primer ataque nuclear a gran escala contra la OTAN.
Si como dice Michael Koffman, en el Kremlin ahora mismo, dado el nivel de ayuda militar que recibe Ucrania, piensan que están en una «Guerra Regional» y no en una «Guerra Local» contra una coalición occidental y no solo contra Ucrania -y las continuas referencias a la OTAN son muestra de ello- esto hace factible el salto a una guerra nuclear limitada. Claro está, «limitado» es un término muy amplio y, si bien la primera opción lógica pasa por un ataque con armas tácticas contra objetivos en Ucrania, esto no excluye que pudieran dirigirse contra algunos de los socios de este país. Al fin y al cabo, Rusia persigue y perseguirá -tema que también hemos explicado-, los «puntos de Schelling», es decir, esas situaciones en las que el coste de apoyar a Ucrania sea tan alto que, dada la importancia relativa que tiene Ucrania para sus socios y la que tiene para Rusia, los primeros decidan cesar en su empeño a sabiendas de que el Kremlin no lo hará y seguirá escalando hasta donde sea necesario. Si para alcanzar esos «puntos de Schelling» consideran oportuno lanzar un ataque mayor y más rápido, lo harán, pues aunque la escalada debe obedecer a cierta lógica racional, pensar que está todo perfectamente codificado es un error.
Con todo esto no queremos decir ni que obligatoriamente vaya a producirse una guerra nuclear, ni que esta vaya a escalar hasta afectar a otros países más allá de la propia Ucrania en caso de producirse. Todo ello dependerá de muchos factores que desgraciadamente no controlamos. Lo que intentamos señalar es que precisamente porque estamos en un punto para el que no hay ejemplos históricos ni referencias claras, hay que ser muy prudentes con cualquier afirmación que se haga y no caer ni en la histeria, ni tampoco en el error de pensar que ciertos escenarios son imposibles.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El presidente Zelenski ha vuelto a dirigirse a los líderes europeos, pero esta vez a los de la UE únicamente en la cumbre informal del Consejo Europeo en Praga, apelando a la unidad.
“Solo hay una respuesta: la unidad. Y es la unidad no solo de líderes y estados. No sólo en el espacio legal. No solo en nuestras instituciones, las instituciones de la UE y otras, no es solo en su trabajo. Es muy importante que se mantenga la unidad de nuestra percepción de Europa como tarea.”
Así pues hace hincapié en que es necesario proteger físicamente las instalaciones de energía así como la central nuclear de Zaporiyia haciendo cumplir también a Rusia con las recomendaciones de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA). Lograr la seguridad nuclear sería “absolutamente esencial” según Zelenski para que Ucrania cuente con el volumen necesario de electricidad para poder exportarla a países vecinos este invierno.
El tercero de los desafíos de Ucrania es la reconstrucción de las instalaciones destruidas por Rusia. El próximo 25 de octubre, de hecho, habrá una Conferencia en Alemania para discutir sobre el Plan de Recuperación Rápida ucraniano.
También ha agradecido la adopción del octavo paquete de sanciones y considera que la UE debe seguir avanzando en esta dirección en la que presiona el sector energético ruso.
Por su parte, la agenda de los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete estaba compuesta hoy por tres puntos esenciales:
- La guerra de Rusia en Ucrania
- La energía
- La situación económica
Al término de la reunión el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel señalaba:
“Esta es una agresión contra Ucrania y una guerra inaceptable, y estamos decididos a movilizar todas las herramientas y medios posibles a nuestra disposición para apoyar a Ucrania financiera y militarmente, así como con apoyo humanitario y, por supuesto, político.”.
Asimismo, tanto en la reunión de la Comunidad Política Europea ayer como en la cumbre informal hoy han subrayado “la importancia de llegar a terceros países para contrarrestar la narrativa rusa”.
Del mismo modo, sobre la cuestión energética ha señalado que han podido abordar tres cuestiones de suma importancia y sobre las que se ha venido hablando desde hace meses:
- La importancia de tomar medidas para reducir el consumo y reducir la demanda a iniciativa de la Comisión Europea.
- La seguridad en el suministro.
- Los líderes europeos han afirmado hoy “un deseo compartido” de movilizarse con la ambición común de reducir los precios de los recursos energéticos.
El presidente francés Emmanuel Macron durante la rueda de prensa sí ha comunicado que los líderes han pedido a la Comisión que prepare una propuesta sobre un mecanismo de fijación de los precios del gas la semana que viene. Este será aprobado o rechazado en la cumbre -ahora sí formal- del Consejo Europeo el 21 de octubre.
Esta no ha sido, además, el único anuncio por parte de Macron, dado que ha aprovechado la ocasión para confirmar que Francia ha creado un fondo por valor de 100 millones de euros para que Ucrania pueda comprar equipos militares directamente a los fabricantes franceses. Así pues señala que este nuevo fondo permitirá trabajar con la base de la industria de defensa de Francia y supone una prueba de la voluntad de Francia “de actuar como europeos y alinearnos con este esfuerzo colectivo”. También ha comentado que están manteniendo conversaciones con Dinamarca para poder entregar CAESAR adicionales a Ucrania, además de los 18 que ya ha entregado Francia.
En las últimas horas Finlandia también ha aprobado su noveno paquete de ayuda militar a Ucrania aunque no se han ofrecido detalles más allá de afirmar que “tiene en cuenta las necesidades de Ucrania y los recursos disponibles de las Fuerzas de Defensiva”. Podemos comentar también que el ejército ucraniano ya esta empleando vehículos blindados de transporte de personal finlandeses, los Sisu XA-180/185.
Oleksii Reznikov, ministro de Defensa ucraniano, se ha reunido con Marie-Agnes Strack-Zimmermann, presidenta del Comité de Defensa del Parlamento alemán, y espera que la reunión tenga resultados prácticos, “incluido un compromiso con el fortalecimiento de la defensa aérea ucraniana”. No obstante, nada más ha trascendido de la reunión por el momento.
Sobre la ayuda militar, podemos comentar que ya han llegado a Reino Unido los primeros instructores procedentes de Noruega para entrenar a militares ucranianos. Programa de entrenamiento -llamado Operation Interflex- al que también se han unido Canadá, Nueva Zelanda, Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Lituania, Letonia y Alemania. Sin embargo, como hemos puesto de relieve en varias ocasiones, los soldados ucranianos también están siendo entrenados en otros Estados miembros de la UE, como España.
En este sentido, en la Base Aérea de Zaragoza un total de diecinueve ucranianos están siendo entrenados por el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) sobre el empleo de sistema antiaéreo Aspide. Al igual que ocurrió con el programa británico, en el caso de España también se ha decidido ampliar el periodo de entrenamiento de tres a cuatro semanas. En cualquier caso, se espera que el próximo 1 de noviembre lleguen a España más militares para recibir entrenamiento.
Sobre la ayuda financiera, el Fondo Monetario Internacional ha decidido respaldar la provisión de aproximadamente 1.300 millones de dólares a Ucrania a través del Rapid Financing Instrument y hoy mismo Kiev recibirá este montante.
En otro orden de cosas, el primer ministro de Rusia, ha enviado una carta al gobierno de Suecia pidiendo que su país tenga un papel en la investigación de las fugas que dañaron los gasoductos del Nord Stream en el Mar Báltico.
Por último, a nivel humanitario pueden comentarse dos cuestiones. De un lado, el Parlamento ucraniano ha aprobado un llamamiento a la comunidad internacional para que se cree un Tribunal Especial para el crimen de agresión contra Ucrania a fin de que los responsables rindan cuentas.
De otro, el quinto buque fletado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas ha zarpado desde el puerto de Chornomorsk cargado con 30.000 toneladas de trigo que tienen como destino final Etiopía. En total a través del PMA se han exportado más de 150.000 toneladas de trigo no solo a Etiopía, sino también a Afganistán y Yemen.
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