Rusia ha comenzado a dar los pasos necesarios para poder llevar a cabo una movilización que posiblemente afectase únicamente a los territorios que ya ocupa en Ucrania (aunque a esta hora todavía no está claro). Para ello, amén de introducir cambios legislativos, convocará referéndums de adhesión en las zonas bajo su control de forma que una vez reconocidas, puedan decretar la movilización. Mientras todo esto se implementa, Ucrania ha seguido avanzando en el cerco de Limán, ha lanzado ataques sobre Spirne y sigue atacando la logística rusa tras la línea del frente.
En las últimas semanas hemos venido insistiendo en cómo el desgaste -especialmente humano- sufrido por Rusia desde el comienzo de la invasión, estaba teniendo un efecto demoledor sobre las operaciones militares y había facilitado el éxito de la ofensiva ucraniana sobre Járkov. Pese a la innegable superioridad cuantitativa en términos materiales por parte rusa -incluso a pesar de las gigantescas pérdidas-, la falta de un número acorde de uniformados impedía cumplir con los objetivos del Kremlin y no solo eso, sino que amenazaba con terminar en desastre ahora que los ucranianos han logrado reunir medios y hombres suficientes.
Así las cosas, desde hace un tiempo son recurrentes los rumores sobre una posible movilización rusa, incluso total. Sin embargo, sobre la mesa había otras posibilidades, desde la «vietnamización» del conflicto -que sería una retirada encubierta- a algún tipo de solución híbrida, como reducir la movilización a una serie de territorios. Cada vez son más los indicios de que se está optando por esta tercera vía, dados los cambios legales aprobados por la Duma rusa y el anuncio de la convocatoria de referéndums en los territorios ocupados por Rusia. Además, hoy mismo el Consejo Público de la Región de Jersón -la parte ocupada, se entiende-, ha pedido a Vladímir Saldo, el Jefe de la Administración Militar-Civil de la región, la celebración de un referéndum. Por su parte, en Donetsk han declarado festivos los días 26 y 27 de este mes, seguramente para organizar la consulta en esas fechas, mientras que en Zaporiyia han declarado que quieren declarar la independencia de todo el territorio regional.
Con estos mimbres, todo indica que el plan ruso pasa por forzar la declaración de estos territorios como parte de Rusia -es un tanto ilusorio pensar que las consultas se pueden organizar con unas mínimas garantías toda vez que se trata de regiones invadidas y controladas por el Ejército ruso- y una vez la Duma les otorgue el reconocimiento, declarar inmediatamente la movilización de los barones en edad de combatir en las partes de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia o Jersón en poder de Rusia. Al menos, desde los Estados Unidos, apuntan a que Rusia estaría tomando medidas para una movilización potencial, mientras que desde la propia Rusia hablan de aplicación selectiva de la Ley Marcial, pero en ningún caso de movilización general.
Es una solución intermedia que podría ayudar a conseguir algunos objetivos por ejemplo en Lugansk y Donetsk a corto plazo, aunque difícilmente solucionaría los problemas derivados a medio y largo. Sin embargo, ¿qué opciones tiene Putin realmente? Tras más de 20 años de gobierno, sea como Presidente, sea como Primer Ministro, se ha demostrado un gran táctico, pero también un estratega bastante mediocre, al ser incapaz de revertir el proceso de pérdida de influencia rusa en su extranjero cercano y, en vistas de los resultados de la guerra, comprometiendo el futuro del país.
En este caso concreto, la movilización parcial serviría a los objetivos de supervivencia política del Kremlin y daría algo de tiempo incluso para intentar reconstituir sus propias fuerzas armadas, muy tocadas por la pérdida de gran cantidad de material y tras la laminación de algunas de sus mejores unidades como el 1º Ejército o las VDV en estos casi siete meses de guerra.
Sin embargo, difícilmente puede dar un vuelco general a la guerra, ni permitir cumplir siquiera con los objetivos marcados por el propio Kremlin, como la «desnazificación», la «liberación» del Donbás o la «desmilitarización» Si hacemos un pequeño repaso a la situación, grupos como «Azov» son seguramente más populares que antes de la guerra y todo lo que tenga que ver con Rusia estará mucho más proscrito que antes, si es que alguna vez lo estuvo. Respecto a la «liberación» del Donbáss, resulta difícil que la movilización por sí misma logre dar un vuelco militar a corto plazo.
Incluso superando todos los obstáculos y haciendo una movilización modélica, la población de las regiones implicadas sigue siendo mucho menor que la del resto de Ucrania, que también se ha movilizado -sin entrar en temas materiales-. Por último, Ucrania no solo no se ha «desmilitarizado», sino que se están sentando las bases para dotarla de unas fuerzas armadas mucho más fuertes que las que nunca tuvo.
En este sentido, no solo se está construyendo una corbeta clase MILGEM en Turquía, que será la punta de lanza de una renovada y moderna armada, sino que se da prácticamente por hecho que su Fuerza Aérea contará con cazabombarderos F-16, su Ejército podría llegar a disponer de carros de combate M1 Abrams y, en fin, el flujo de armas occidentales modernas continúa y seguirá así durante mucho tiempo. Además, contará con uno de los ejércitos mejor entrenados del mundo gracias a la formación ofrecida por los aliados de Ucrania y a la experiencia adquirida durante el conflicto. Es decir, que Ucrania será un rival mucho más formidable de lo que lo ha sido nunca.
Claro está, siempre que Rusia no decida congelar el conflicto, como hemos explicado más de una vez, optando por medidas radicales, como el uso de armas nucleares. La proclamación de las zonas ocupadas como territorio ruso, al menos teóricamente permitiría esa posibilidad a tenor de la doctrina rusa.
No obstante, a la hora de redactar este informe, no podemos más que especular, pues después de varios retrasos, el esperado discurso de Putin sobre todas estas cuestiones, que habría sido grabado y debía emitirse en diferido, no se ha producido. Es más, a última hora algunos medios rusos han retirado de sus webs el anuncio de dicho discurso, lo que apunta a disensiones internas o a un cambio de última hora por razones que desconocemos.
Pasando a lo ocurrido sobre el campo de batalla durante la jornada, hoy se han reportado los primeros ataques hacia Limán desde el noroeste, lo que en la práctica supondría que las tropas milicianas y los cosacos se habrían retirado de Drovysheve y que los ucranianos podrían haber intentado alcanzar la ciudad desde dicha población. Recordemos que ayer se vieron los primeros indicios de presencia ucraniana en Yarova, villa colindante con Drovysheve.
Debido a ello, no es descabellado que hayan seguido avanzando especialmente con infantería ligera, y cruzado el río Nitrius hasta alcanzar algunas zonas boscosas al noroeste de Limán, desde donde podrían haber hostigado a los defensores, probando así la firmeza de sus posiciones. En cualquier caso, nada de esto implica que los ucranianos tengan por ahora un control efectivo de Drovysheve, aunque podríamos estar equivocados ya que hay afamados analistas que sostienen que Limán ya está en la práctica en poder ucraniano. En cualquier caso, mientras no aparezcan imágenes que lo demuestren, seguiremos optando por la prudencia.
Más al este, aunque no muy lejos, han aparecido pruebas de la presencia de patrullas ucranianas en la parte norte de Bilohorivka, aparentemente sin ser hostigados, lo que implicaría que las fuerzas rusas se concentrarían en Severodonetsk y Lysychansk, dejando buena parte de los alrededores vacíos o con presencia testimonial en forma de pequeños retenes.
Muy cerca, en Ozerne, Rusia ha bombardeado con Termita la localidad, dejando unas imágenes tan espectaculares como terribles. De paso, el bombardeo confirma que Ucrania ha debido acumular fuerzas allí, pues de lo contrario no recurriría a medios tan expeditivos, sin entrar en la legalidad o no de emplear este tipo de compuestos que ya hemos visto en varias ocasiones durante el curso de la guerra.
Sin salir de la zona, han sido los ucranianos quienes han bombardeado unas instalaciones empleadas por las tropas rusas en Novoaidar, un centro logístico importante de cara a abastecer las ciudades de Severodonetsk y Lysychansk, lo que es indicativo de las intenciones ucranianas.
En dirección a Bakhmut, hoy se han vuelto a producir combates al sur de la ciudad. Nuevamente han sido en dirección a Mykolaivka Druha, hacia Kurdyumivka y desde Gorlóvka hacia Druzhba.
Desde Donetsk, los milicianos y las tropas rusas han tratado de llegar una vez más a Spartak, a Permovaist’ke y a Mariínka, sin resultados.
Respecto al sur, se cree que los ucranianos podrían estar o bien muy cerca, o bien en la entrada de Snihurivka, localidad justo en el recodo al norte del río Inhulets, que marca la división en dos partes de este frente. Por otra parte, los ingenieros rusos siguen trabajando en reparar los pasos sobre la presa de Nova Kakhovka, pese a lo cual hoy se han vuelto a registrar explosiones en la localidad de Kozatske, justo al norte de la presa, por obra de la artillería cohete ucraniana. También en Energodar, un día más, se han registrado impactos de artillería.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Dejando a un lado el tema de los referéndums en los territorios ocupados, así como la aprobación del proyecto de ley por la Duma para endurecer una serie de delitos como la deserción o la insubordinación, debemos pasar a otros temas que también han marcado la jornada a nivel institucional y diplomático.
Moviéndonos a Nueva York, esta semana tienen lugar las intervenciones de alto nivel en la 77ª sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU). Aunque los discursos de países como Ucrania, Rusia, Estados Unidos o Reino Unido estén programados para mañana, ya contamos con algunos adelantos. Por ejemplo, al respecto el presidente Vladímir Putin, ha comentado:
“En lo que respecta a Rusia, no abandonaremos nuestra política soberana. Como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, estamos decididos a impulsar la agenda internacional unificadora y contribuir a la búsqueda de respuestas efectivas a numerosos desafíos y amenazas contemporáneas y promover la resolución de conflictos regionales agudos.»
En la AGNU sí ha intervenido hoy el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, pidiendo una solución diplomática que de tanto a Ucrania como Rusia una “salida digna de la crisis”. Ha enfatizado que una paz duradera debe basarse en la protección de la integridad territorial de Ucrania y que Turquía continuará aumentando sus esfuerzos para tratar de poner fin a la guerra: “Invito a las organizaciones internacionales y a todos los países a brindar un apoyo sincero a los esfuerzos de Turquía”. De hecho, como hemos comentado en no pocas ocasiones, Turquía se ha erigido como mediador desde que comenzó la invasión de Rusia.
A esto cabe añadir que Erdoğan ha comunicado que Rusia y Ucrania habrían acordado el intercambio de 200 prisioneros, aunque él los denomina “rehenes” y no ha ofrecido más detalles al respecto.
Por otro lado, la recién nombrada primera ministra del Reino Unido, Liz Truss, se comprometerá en la AGNU a alcanzar o superar en 2023 la ayuda militar brindada a Ucrania en 2022 que asciende por el momento a 2.300 millones de libras esterlinas. Asimismo, en el comunicado oficial se señala que desde 2015 Reino Unido ha entrenado a 27.000 miembros de las fuerzas armadas de Ucrania. Por tanto, el ejecutivo británico continuará apoyando a Kiev y pese a la salida de Boris Johnson de Downing Street la postura no ha variado. En palabras de Truss:
“Mi mensaje para el pueblo de Ucrania es el siguiente: el Reino Unido seguirá apoyándolos en cada paso del camino. Su seguridad es nuestra seguridad.”
Esta será el primer viaje de la premier en el que además aprovechará para reunirse con el presidente estadounidense, Joe Biden, y tratará de revitalizar la relación con EE. UU. tras la culminación del Brexit.
En el caso de Estados Unidos, se espera que Joe Biden haga una condena firme de la guerra de Rusia durante su discurso mañana en la AGNU, según ha informado el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
Igualmente, conviene reseñar que hoy se ha adoptado formalmente la decisión en el Consejo de la UE en virtud de la cual se podrán desembolsar los 5.000 millones prometidos a Ucrania en el marco de la ayuda macro-financiera adicional. Ayuda que asciende a un total de 9.000 millones de euros. El gobierno ucraniano espera recibir los 3.000 millones restantes antes de que finalice el año.
Cambiando de tercio, sobre energía es obligado comentar que Alemania está ultimando un acuerdo para la nacionalización de la empresa gasística Uniper. Además, el gobierno alemán ha confirmado ya que sus reservas de gas superan ya el 90 por ciento de cara al próximo invierno, superando así lo inicialmente planeado.
Por último, el granelero BC Vanessa fletado por el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas ha ingresado en el puerto ucraniano de Odesa para cargar 30.000 toneladas de trigo que serán destinados a Afganistán. Desde que comenzó a implementarse el Acuerdo de Estambul sobre la Iniciativa de Grano 650.000 toneladas de alimentos han sido destinadas a países africanos. Además, el gobierno de Ucrania ha decidido proporcionar hasta 50.000 toneladas de trigo como parte de la ayuda humanitaria a Etiopía y Somalia. Tal y como señala el Ministerio de Infraestructura, desde que comenzó a implementarse la iniciativa un total de 169 barcos con 3,9 millones de toneladas de productos han zarpado desde los puertos ucranianos del Mar Negro.
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