En las últimas horas, Ucrania se habría apoderado de la localidad de Yarova, a donde habrían llegado tras cruzar el río Donets desde Sviatohirsk, aumentando la presión sobre Limán. Además, siguen montando pontones en otras zonas, como Borohodychne. Rusia, por el contrario, sigue fiándolo todo a los avances en dirección a Bakhmut, pese a la escasez de hombres, los problemas logísticos y el riesgo de verse flanqueada y perdiendo no ya Járkov, sino parte de Lugansk, en donde ya han recuperado Bilohorivka.
La última jornada de guerra no ha dejado grandes novedades, más allá de la confirmación de la presencia ucraniana en Yarova, una pequeña localidad al noroeste de Limán pero, lo realmente importante, situada en la ribera nororiental del río Donets. Que esta aldea haya caído en manos ucranianas -de ser realmente cierto, pues hay alguna duda razonable- sería significativo, pues implicaría a su vez que la cabeza de puente en Sviatohirsk es sólida. Punto de cruce que además se habría complementado en los últimos días con al menos un puente de pontones en Borohodychne, ligeramente al suroeste de la anterior.
De esta forma, la impresión es la de que Ucrania no solo no está encontrando una resistencia importante en la zona de la confluencia entre los ríos Oskil y Donets (en rojo en el mapa), sino que sus Fuerzas Armadas ni siquiera están siendo realmente hostigadas, pues la dificultad de atacar un puente de pontones es mínima. Menos todavía si hablamos de puentes fijos como el de Sviatohirsk. Y menos todavía si se dispone de aviación, por peligrosa que pueda ser la salida o, como es el caso de Rusia, de misiles de crucero y balísticos.
Si ampliamos el foco, veremos cómo dejar esta zona, que se creía protegida al menos por una fuerza pantalla, a su suerte, implica dar vía libre a los ucranianos para evitar peligrosos cruces en zonas más al alcance de la artillería rusa (que entendemos se centrará en proteger localidades como Svatove) y flanquear desde el suroeste a las fuerzas rusas, como se puede ver en el siguiente mapa.
Por supuesto, es una especulación. Es de suponer que los avances ucranianos no sean ni fáciles ni incruentos pero, en cualquier caso, también que la superioridad en cuanto a recursos humanos y a fuegos artilleros de largo alcance y gran precisión supongan un reto insuperable para Rusia en la zona, en las actuales condiciones. Recordemos que salvo por el aparente éxito de los drones de ataque ucranianos, Rusia está teniendo bastantes problemas para hacer interdicción contra los ucranianos, ya que su Fuerza Aérea no está teniendo el papel que debería.
Así, mucho más lentamente, pues como explicamos la consolidación del territorio ganado, por sí misma, mantendrá a buena parte de los efectivos ucranianos ocupados por un tiempo, estos seguirán previsiblemente avanzando tanto hacia Svatove, por su importancia como nudo de comunicaciones y centro logístico, como hacia Kreminna y Severodonetsk que podrían llegar a alcanzar por el norte del Donets y no desde Lysychansk.
El otro punto candente, por su importancia, es Bakhmut, hacia donde las tropas rusas, los milicianos, Wagner y los chechenos de Kadyrov intentan avanzar. Resulta difícil entender cómo es posible que las tropas rusas y aliadas sigan empecinadas en avanzar hacia esta localidad pese al gran desgaste sufrido en los últimos meses avanzando apenas una decena de kilómetros. Es cierto que Bakhmut juega un papel importante a nivel regional, por ser un nudo de comunicaciones, pero no lo es menos que es un objetivo totalmente secundario en términos del conjunto de la guerra.
Máxime cuando Rusia continúa perdiendo terreno en Járkov y ahora incluso en Lugansk y cuando tiene tantos problemas para cubrir las bajas. Es, tal y como explicamos en el artículo introductorio sobre la ofensiva de Járkov, una suerte de reedición de una de las paradojas de Zenón. De esta forma, cada vez que logran un pequeño avance y por el mismo precio en vidas, este es de la mitad de metros que el avance anterior, teniendo como resultado el no llegar a ninguna parte a costa de grandes pérdidas.
Si atendemos al siguiente mapa, vemos que la distancia entre Popasna y Bakhmut es de apenas una veintena de kilómetros. Distancia que las tropas rusas han tardado varios meses en recorrer. Es más, ni siquiera es una imagen real, pues una vez Popasna fue tomada, los ucranianos se retiraron varios kilómetros hacia el este y la llegada rusa a localidades como Soledar fue relativamente rápida. Más lenta fue desde el sureste, costando semanas y semanas de bombardeos y combates el ir avanzando por la M03 desde la zona de Svitlodarsk.
Pese a ello, por más que recurrentemente podamos hablar de avances rusos (pues avances se producen casi a diario), sus tropas no parecen estar mucho más cerca de tomar Bakhmut que a principios del verano y todo ello mientras más al norte -poco más al norte, de hecho-, los ucranianos están avanzando mucho más rápido de lo esperado y, según algunas fuentes, preparando nuevas tropas precisamente para atender esta zona.
Y es que al final, salvo que se produzca una movilización por parte rusa -sobre la que ya hemos expresado nuestras dudas por más que grupos políticos como el Partido Comunista sigan presionando en este sentido-, el diferencial en cuanto a personal está y seguirá jugando muy a favor de Ucrania. Pensemos que mientras que en Moscú deben preocuparse de encontrar «voluntarios» por todas las vías posibles, desde presidiarios a personas con problemas de deudas, recurrir a PMCs como Wagner o confiar en las tropas chechenas, Ucrania tiene mucho más personal a su disposición. Incluso hay dudas acerca de la disciplina de algunas de las fuerzas que intervienen en la zona, como es el caso de Wagner (y eso sin atender a rumores como los que culpan del tiroteo de Jersón a las disidencias internas).
Lo que es más importante, cada nuevo soldado ucraniano está mucho mejor formado gracias a los instructores occidentales y también mucho mejor equipado y motivado que sus homólogos rusos, algo con lo que el Kremlin hoy por hoy no puede competir.
Más allá de esto, un día más han ocurrido muchas otras cosas en el campo de batalla, que intentaremos resumir en las próximas líneas, comenzando por el norte del país. Allí, al norte de Járkov, la artillería rusa habría atacado hoy Hoptivka, Huryiv Kozachok, Kamyanka y Kupiansk. Lo más interesante, más allá de la toma de Yarova por parte ucraniana, es que las autoridades de ocupación rusa han admitido que las tropas ucranianas habrían lanzado un ataque, aunque sin éxito, sobre Kreminna.
En dirección a Bakhmut, además de los combates habituales, hoy centrados en la parte sur, en dirección a Vesela Dolyna, Mykolaivka Druha y Zaitseve, hoy la artillería ucraniana habría lanzado un ataque de prescisión sobre Kadiivka, destruyendo lo que afirman sería una base utilizada por los rusos.
En el caso de Donetsk, se habrían producido intercambios artilleros, pero no se han reportado combates. La artillería rusa habría golpeado Avdiivka, Opytne, Karlivka, Kostiantynivka, Maryinka y Pervomaiske. La ucraniana, por su parte, se habría cobrado más de una docena de víctimas, posiblemente en su totalidad civiles, en el centro de Donetsk, concretamente en el mercado de Tesktylnyk.
Al sur del país, Ucrania ha continuado castigando Melitópol, en donde se han reportado varias explosiones en el centro de la ciudad. Rusia por su parte ha alcanzado un día mas con sus misiles Krivói Rog. Además de lo anterior, en la central nuclear de Yuzhnoukrainsk, en la óblast de Nikolayev, se ha producido el impacto de un misil ruso a unos 300 metros de los reactores, resultando dañados algunos edificios y la infraestructura eléctrica.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Pese a comenzar una nueva semana, la jornada 208ª se ha presentado inusualmente calmada, aunque debemos comentar algunos temas relevantes.
Comenzando por la ayuda militar, la ministra de Defensa germana, Christine Lambrecht, ha anunciado que el gobierno alemán transferirá cuatro PhZ 2000 adicionales a Ucrania, incluyendo municiones: “El envío será posible y comenzará inmediatamente después de las discusiones con representantes de la industria sobre la entrega rápida de armas reparadas del programa de revisión del ejército”, ha afirmado. Debido a esta decisión el número total de sistemas entregados conjuntamente con Países Bajos ascenderá a 22, procediendo 14 de ellos de la propia Alemania.
Asimismo, debemos recordar que el Bundestag aprobó en julio la venta de 100 obuses autopropulsados PhZ 2000 a Ucrania por valor de 1.700 millones. No obstante, su producción podría tardar años.
Pese a los distintos anuncios que siguen llegando, aunque sean a cuentagotas, el presidente Volodímir Zelenski ha insistido en que “el ritmo de entrega de ayuda a Ucrania por parte de los socios se debe corresponder al ritmo de nuestro movimiento” refiriéndose al ritmo de avance de las tropas ucranianas, así como al de estabilización y restauración de la “vida normal” en los territorios liberados. Además, en este discurso el presidente ucraniano ha anticipado que mañana será un día muy importante pues Ucrania intervendrá en la 77ª sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas que, como hemos venido explicando en informes anteriores, enfrenta ahora su semana cumbre.
Del mismo modo, Zelenski ha señalado que han demostrado que saben ganar en el campo de batalla y que “otra tarea importante para nosotros [ucranianos] es lograr victorias también en la economía y ser un país atractivo para los inversores”. Sobre esta cuestión ha discutido hoy precisamente con el presidente y director ejecutivo de BlackRock, Larry Fink, a la sazón el fondo de inversiones más grande del mundo.
Mientras tanto en Londres el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, se ha reunido con su homólogo canadiense, Justin Trudeau. Ambos dirigentes han discutido sobre la necesidad de que Rusia rinda cuentas por los crímenes de guerra cometidos en Ucrania. Shmyhal además de reiterar que es necesaria la creación de un tribunal especial que se encargue de investigar y enjuiciar “todos los crímenes y atrocidades” cometidas en territorio ucraniano, ha enfatizado que es vital fortalecer las sanciones contra los proveedores de energía rusos hasta llegar al embargo total poniendo como ejemplo de chantaje y terror el caso de la planta nuclear de Zaporiyia.
Precisamente sobre la situación en Energodar, Shmyhal ha realizado un llamamiento tanto a las Naciones Unidas como a la Unión Europea para que de manera conjunta creen una misión internacional de cuyas actividades se desprendan “la completa desmilitarización de ZNPP y el territorio adyacente”. En paralelo, hoy ha sido tanto el ministerio de Defensa de Ucrania como Energoatom quienes han calificado los últimos ataques en las inmediaciones de la planta nuclear cerca de la localidad en Nikolayev como “terrorismo nuclear”.
Por último, y volviendo sobre el encuentro ucraniano-canadiense, también ha habido espacio para las discusiones sobre la reconstrucción del país, defendiendo el primer ministro ucraniano -como ya hemos venido comentando en días anteriores- que Rusia no solo debe pagar mediante reparaciones, sino también a través de la confiscación de sus bienes. De hecho, Canadá ya ha adoptado una legislación nacional destinada a regular el mecanismo de confiscación de los activos rusos.
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