Hoy se ha vivido una jornada bastante confusa, pues son muchos los rumores sobre unidades ucranianas moviéndose al este del río Oskil, a la vez que se ha hablado de un cruce del Donets a la altura de Bilohorivka para flanquear a la guarnición rusa de Limán, la ciudad más importante ahora mismo en disputa. Más allá de eso, la retórica rusa se ha elevado un punto en boca de Medveded, los ucranianos aseguran que estarían negociando la rendición de las tropas rusas al norte del Dniéper y las Naciones Unidas se muestran optimistas respecto del establecimiento de una zona desmilitarizada alrededor de la central nuclear de Zaporiyia.
Un día más, las Fuerzas Armadas ucranianas han dedicado buena parte de sus recursos en Járkov a alcanzar las poblaciones otrora en poder ruso tanto hacia el norte como hacia el noroeste. Como en días anteriores, han sido numerosos los testimonios de localidades recuperadas, del recibimiento a los soldados, destacando entre todos los núcleos reconquistados Sviatohirsk, pues es una cabeza de puente sobre el Donets. También se ha hablado mucho acerca de la cantidad de material ruso perdido durante la retirada.
Este último tema resulta especialmente interesante, pues son muchas las discusiones al respecto, habiendo quien sostiene que las cantidades de vehículos o municiones dejadas atrás son mínimas y otros que, por supuesto, hablan de una absoluta debacle. Aunque han aparecido imágenes de carros de combate, vehículos de combate de infantería o de transporte de tropas, vehículos de mando, obuses, camiones abandonados o depósitos de munición, hay que tener en cuenta varios factores, para ser justos con la situación.
En primer lugar, Izium y Kupiansk eran centros logísticos importantes para Rusia, con lo que la acumulación de vehículos es normal. Además, eran áreas utilizadas para el descanso y recuperación (R&R) de las unidades que habían combatido en otros frentes tiempo atrás. Esto quiere decir que muchos vehículos estarían en mantenimiento de tercer escalón, o habrían agotado su vida operativa dado el maltrato y la edad, etcétera. Por último, hemos de ser conscientes también de que muchos vehículos rusos se concibieron como material fungible, con una vida útil teóricamente muy corta no solo de los motores o las transmisiones -que pueden sustituirse-, sino también de las propias plataformas.
Dicho esto, sí, parece que en el norte y noreste de Járkov el Ejército ruso se ha dejado en vehículos el equivalente a varios BTGs, pero eso tampoco implica un descalabro absoluto. Además, en sus depósitos continúa habiendo vehículos de sobra para sustituir lo perdido, siendo el problema más de calidad general, que de escasez de número. O dicho de otra forma: se verán obligados a sustituir vehículos ya superados por otros todavía más antiguos y peor equipados, salvo por las entregas que pueda hacer en este tiempo su industria de defensa.
Por otra parte, dado que uno de los grandes problemas de Rusia a lo largo de toda la guerra ha sido la falta de personal para llevar a cabo las operaciones con garantías, es posible que la retirada precipitada, al salvar a la mayoría de sus uniformados, haya sido exitosa al menos en un sentido. Es cierto que hay vídeos de prisioneros rusos, pero distan mucho de ser masivos por el momento. Más bien se diría que se trata de pequeñas unidades que han quedado atrás o que por las razones que sean no fueron sido informadas de la decisión del Estado Mayor ruso, tomada in extremis cuando el desastre parecía inevitable.
Respecto de la munición, aunque hemos podido ver en los últimos días al menos cuatro vídeos diferentes de depósitos intactos tomados por Ucrania, en todos los casos eran relativamente modestos. Es cierto que algunas imágenes parecen impresionantes, pero si tenemos en cuenta cuántos proyectiles puede emplear un obús de 152mm al cabo de un día y el tamaño de cada una de las cajas, en realidad no es tanto como pudiera creerse.
Se puede concluir, para cerrar el tema de la ofensiva -que todavía está en marcha- sobre Járkov, diciendo que ha sido una victoria operacional para Ucrania, al alcanzar numerosos objetivos importantes sobrepasando en todo momento a un Ejército ruso que estaba en cuadro y carecía de medios para hacerle frente, pero no una victoria estratégica completa, al no haber logrado una gran bolsa. Rusia, por su parte, habría tratado según la inteligencia ucraniana de cerrar este triste capítulo como es habitual: relevando al general a cargo de la zona, en este caso el teniente general Roman Berdnikov, que habría sido sustituido por Alexander Lapin a pesar de llevar apenas días en el cargo. Es el resultado lógico tras una semana en la que Rusia se ha dejado el 7,7% del terreno que había logrado conquistar desde 2014.
Volviendo sobre la situación en el terreno, el tema clave de hoy es la situación de Limán. En esta ciudad, en la que resisten milicianos de Lugansk junto a voluntarios cosacos, se están produciendo combates en los alrededores. Recordemos lo difícil que resultó al Ejército ruso su toma, debido entre otras cosas a la orografía de la zona, que puede apreciarse en el mapa que hay sobre estas líneas y en el que aparece Limán en el centro de la misma.
Quizá por eso -aunque insistimos en que son rumores, por más que aparecidos en cuentas como WarGonzo o canales como los de los milicianos de Lugansk-, se habla de un cruce ucraniano del río Donets por Bilohorivka, aunque no hay acuerdo sobre si se trata de una localidad al norte de Limán, o bien si es el famoso punto en el que el Ejército ruso sufrió un descalabro meses atrás. Sea como fuere, parece claro que Ucrania está tratando de rodear por completo la localidad, buscando aquí sí una bolsa que no ha conseguido en Izium o Kupiansk.
Esto nos lleva a un segundo asunto bastante complejo de evaluar: la magnitud de la retirada rusa. Desde el sur de Limán las tropas ucranianas han logrado avanzar en dirección a esta ciudad, a Tors’ke o a Dibrova. Como hemos explicado al principio han recuperado Sviatohirsk, sumando una cabeza de puente más sobre el río Donets. Se sigue hablando también de combates hacia Lysychansk y como hemos señalado, en Bilohorivka, como se ve en el siguiente mapa de @Majakovsk.
No obstante, hay indicios incluso más sorprendentes de que Rusia habría optado por un repliegue mayor de lo esperado y de que la línea del Oskil, aunque a priori parecía lógica, podría romperse en próximos días. Por ejemplo, ha aparecido una bandera ucraniana en lo alto de una torre de comunicaciones en Kuzemivka, localidad a medio camino entre Kupiansk y Svatove, es decir, dentro del territorio controlado por Rusia al este del Oskil. Por supuesto, la pueden haber colocada por partisanos, pues el anuncio ha sido hecho por Sergey Hayday, el Jefe de la Administración ucraniana en Lugansk, haciendo referencia tanto a los lugareños como a estos.
La impresión general es la de que hay unidades SOF ucranianas en misión de reconocimiento en la orilla izquierda del Oskil y en zonas al norte del Donets y que están evaluando el nivel de control que Rusia tiene de muchas zonas, pues es muy posible que este sea tan reducido en el resto de la óblast de Járkov como lo era en el territorio recuperado por Ucrania en los últimos días.
Esto nos lleva una vez más a las opciones rusas. Mientras en la televisión rusa comienza a prepararse a la opinión pública bien para una guerra larga, bien para una movilización, bien para una vietnamización, pues por primera vez parecen admitir que algo está fallando en la «Operación Militar Especial», los indicios sobre la situación política interna en Rusia o los posibles pasos futuros son en todos los casos preocupantes. Por una parte, la inteligencia ucraniana sostiene que Rusia ha decidido suspender la llegada de nuevas unidades a las zonas de combate. Por otra, Dmitry Medvedev lanzaba una advertencia, haciendo ver que las exigencias ucranianas sobre una futura negociación de las que hablamos ayer, eran una especie de «juego de niños» comparado con las condiciones que Rusia impondría a Ucrania, pues siguen pensando en una rendición incondicional de Kiev. Además, aunque no deja de ser algo casi simbólico por ahora, el número de concejales que se han sumado al plante contra Putin y que exigen su dimisión no ha dejado de aumentar.
En conjunto, la impresión es la de que se está produciendo un intenso debate entre las propias élites rusas y que no hay nada completamente decidido. La retirada general no está sobre la mesa, por descontado, pues sería un golpe mortal a las aspiraciones rusas de ser una gran potencia, así como a sus demandas de seguridad, entre otras cosas. A partir de ahí, ninguna de las opciones parece mejor que la anterior. La «vietnamización» podría terminar en poco tiempo en el colapso de los milicianos. La movilización (escalada horizontal) supondría que las sanciones se redoblasen y posiblemente un gran número de bajas sin resultados asegurados, toda vez que la formación de las nuevas tropas o la calidad del material seguiría siendo baja y la logística rusa no parece capaz de sostener una campaña de ese calibre. Además, las últimas reclutas han sido un fiasco, lo que complica las cosas. Respecto a la escalada vertical (uso de armas nucleares tácticas), aunque sea una opción aparentemente atractiva para congelar el conflicto, convertiría al país en un paria internacional durante décadas y nos situaría a todos en terreno desconocido al romper el «tabú nuclear». Tratar de congelar el conflicto de otras formas, ahora que los ucranianos tienen la iniciativa y la motivación tampoco parece fácil en la actual situación. Difícil decisión.
Más allá de esto, un día más se ha seguido combatiendo en el resto del país, por lo que haremos un repaso somero de la situación en dirección a Bakhmut, en Donetsk y en el sur.
En el primer caso, los combates han proseguido como en días anteriores, especialmente al sureste de la ciudad, en dirección a la carretera T0513 que las tropas rusas y milicianas están cerca de alcanzar desde hace semanas, pero cuya toma no ha terminado de consumarse. El punto más cercano por el momento es al oeste de Kodema, separando apenas cinco kilómetros la carretera de las posiciones rusas.
Respecto a Donetsk, en términos generales la situación es la misma que ayer, con los milicianos encabezando los ataques desde el sur de Pisky en dirección a Permovais’ke, así como sobre el norte de Avdiivka en donde hoy un bombardeo ruso ha dejado un importante incendio en una factoría. También en Konstantinivka se han producido importantes explosiones.
Por último, al sur, también se han producido novedades, como la toma de Soflyivka por parte ucraniana, lo que aumenta un poco más la presión sobre la capital de la óblast de Jersón. Sin embargo, lo que más importante hoy sería otro tema: las supuestas negociaciones entre el Mando Sur ucraniano y los militares rusos de cara a su rendición. Es muy posible que sea algo real y que quizá no afecte a todas las unidades al norte del Dniéper, pero sí a algunas, afectadas por la falta de suministros y la desmoralización, máxime después de que seguramente hayan recibido noticias de lo ocurrido en Járkov. Por de pronto, ha sido la portavoz del Mando Sur ucraniano quien ha hecho el anuncio, aunque podría ser también una medida destinada a mellar el espíritu de resistencia ruso, claro. Sin embargo, son más los testimonios indirectos que apuntan a posibles rendiciones, aunque se desconoce la entidad.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La cuestión que principalmente está acaparando las agendas políticas de los socios de Ucrania de las últimas semanas -y de las venideras- es la energética. Por supuesto, esto no supone ninguna sorpresa tras 201 días de conflicto.
Mientras la Comisión Europea se afana en concretar las medidas para mitigar las consecuencias de la crisis energética y aliviar la subida de los precios, pero también continúa estableciendo diálogo con otros interlocutores con los que puede fortalecer la cooperación en esta materia. Todo ello, teniendo en cuenta que la UE se propuso a través de la estrategia RePowerEU ampliar el número de proveedores de energía a los Estados miembros de la UE.
Uno de los socios que ha sobresalido en esta materia – y que, además, cuenta con un estatus de tercer Estado privilegiado para los socios del club- ha sido Noruega. Hoy, su primer ministro Jonas Gahr Støre, ha conversado por teléfono con la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y han acordado establecer un diálogo aún más estrecho sobre las propuestas que ayuden a hacer frente a la crisis energética que asola Europa. No obstante, Støre comentaba: “Entramos en las conversaciones con la mente abierta, pero somos escépticos respecto de un precio máximo para el gas natural. Un precio máximo no resolvería el problema fundamental, que es que hay muy poco gas en Europa”.
De hecho, los Estados miembros tras lograr un acuerdo político encomendaron a la Comisión que estudiase una propuesta detallada sobre la imposición de un precio máximo al gas.
De otro lado, la otra cuestión energética estrella es la que concierne a la central nuclear de Zaporiyia. Tras los apagones de ayer en varias localizaciones, hoy toca comentar que Rusia y Ucrania parecerían estar dispuestas a trabajar en la propuesta recomendada por la Agencia Internacional de la Energía Atómica relativa a la creación de una zona de protección alrededor de la planta. Tenemos que tener en cuenta que el presidente francés Emmanuel Macron está ejerciendo de interlocutor entre ambas partes y que espera lograr que firmen un acuerdo.
En otro orden de cosas, sobre la ayuda militar a Ucrania, el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, ha anunciado que no suministrará sistemas antiaéreos S-300 SAMs a Ucrania subrayando que “cualquier apoyo a Ucrania no será a expensas de la defensa del país”. Igualmente, ha comentado que las negociaciones con Alemania para el suministro de blindados BMP-1 y su reemplazo por Marder1A3 alemanes.
Asimismo, la embajadora alemana en Ucrania, Anka Feldhusen, ha confirmado que Alemania está planeando entregar dos sistemas de defensa antiaéreos IRIS-T a Ucrania a finales de año, mientras que los dos restantes llegarían a principios de 2023.
Por último, tras varios días sin confirmación oficial, el Ministerio de Infraestructura de Ucrania ha confirmado que 9 buques que transportan 163.800 toneladas de productos agrícolas han zarpado de los puertos de Odesa, Chornomorsk y Pivdenny con destino a países de Europa y Asia. Por el contrario, se espera que lleguen 13 barcos para ser cargados.
Desde que comenzase la implementación del Acuerdo de Estambul a primeros de agosto se han exportado un total de 2,78 millones de toneladas de productos agrícolas ucranianos en 122 embarcaciones con destino a África, Asia y Europa.
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