La última jornada de la guerra de Ucrania hasta el momento nos ha dejado avances rusos en Pisky y posiblemente hacia Yakolivka y en Soledar, habiendo publicado el Ministerio de Defensa ruso la noticia de la toma de la primera de estas localidades, aunque todavía no ha podido ser gráficamente documentada. También ha sido una jornada particularmente intensa en el sur de Ucrania, en donde se han reportado explosiones distintas localidades del interior de Jersón y Zaporiyia. En el terreno internacional, las noticias sobre la marcha de la economía rusa hacen pensar que el efecto de las sanciones, pese al impacto, está lejos por ahora de tener un impacto decisivo.
Las últimas 24 horas han sido testigos de numerosos combates. Especialmente en el este de Ucrania, en donde las tropas rusas, milicianas, Wagner y los voluntarios chechenos están asumiendo importantes pérdidas para tomar algunas de las localidades en liza, repitiendo eso sí las exitosas tácticas que les llevaron a lograr avances en Lugansk en meses anteriores.
Estas, básicamente, se reducen a batir con la artillería -incluyendo el uso de municiones termobáricas como hemos visto en Pisky- durante tres o cuatro días una zona y lanzar un asalto, tratando de controlar el número de bajas y retirándose si continúa existiendo cierta oposición para repetir el proceso desde el principio.
En el caso de los asaltos, son liderados bien por Wagner, bien por los chechenos, bien por efectivos de unidades como las VDV, que se mezclan con un grueso de milicianos y regulares con menor formación y medios. Es un tema que hemos abordado en el pasado y que resulta interesante, pues ha permitido a Rusia elevar el nivel medio de sus tropas gracias a esta mezcolanza.
En el caso ucraniano, todo indica que sus planes pasan por seguir asumiendo algunas pérdidas territoriales en el este confiando por una parte en que la atrición y las sanciones –por ahora no muy efectivas– terminarán por agotar a Rusia y por otra, en las posibilidades de lograr avances en el sur y quizá en Izium. Es, quizá, la única estrategia posible para unas Fuerzas Armadas todavía incapaces a nivel operacional, pero difícilmente pueden aspirar a otra cosa que no sea mantener cierto statu quo salvo que tomen decisiones arriesgadas.
Por una parte, Rusia está demostrando capacidad para cubrir bajas recurriendo a todo tipo de artimañas, desde elevar la edad de recluta a emplear presidiarios. En cualquier caso, son tácticas que funcionan y difícilmente, con su reserva humana y pese a problemas puntuales, se quede por completo sin recursos. Hay que pensar que el tipo de guerra que se libra ahora, en el que la maniobra operacional está ausente y en su mayoría se reduce a intercambios artilleros y enfrentamientos de infantería en terreno urbano y trincheras, no necesita ni de cuadros ni de infantes tan preparados como una guerra de movimientos y armas combinadas. Así las cosas, como venimos diciendo desde hace meses, la guerra de desgaste favorece a Rusia a medio plazo -y siempre puede congelar el conflicto-, lo que obliga a Ucrania hasta cierto punto a jugarse el todo por el todo o a esperar a un plazo mucho mayor en el que las sanciones y el agotamiento realmente puedan hacer mella en Rusia.
El problema aquí, y se entiende, es que los militares ucranianos puedan ser reacios a asumir el riesgo de perder en unas pocas semanas buena parte de los medios que han ido recibiendo -carros de combate, blindados…- en estos meses y de las unidades que han formado en base a estos. No obstante, lo contrario, la pérdida con cuentagotas, únicamente puede culminar en un agotamiento según la ayuda exterior comience a mermar, algo que por suerte para Ucrania, todavía parece lejos de ocurrir.
Así las cosas, Ucrania debería lanzar una ofensiva decidida en las próximas 2/3 semanas bien al sur, en dirección a Nova Kakhovka –una de las localidades más golpeadas del sur de Ucrania en las últimas semanas-, bien en Izium, en donde la salida de las tropas rusas camino a Jersón y Zaporiyia ofrece interesantes oportunidades, aunque en un entono complicado. Claro está, es más difícil hacerlo que decirlo, pues Rusia ha reforzado notablemente su despliegue al sur y Ucrania por ahora se ha demostrado incapaz de aprovechar los pequeños éxitos tácticos, dándoles continuidad.
Además hay más factores que juegan en contra, como el tecnológico. Algunos de los ingenios que permitieron a Ucrania en las primeras semanas de guerra asestar golpes importantes a Rusia frustrando sus planes se han demostrado muy aptos para la defensiva ante penetraciones en profundidad. No obstante, las tecnologías de las que hablamos y que van desde la multiplicación de sensores en el campo de batalla al uso de municiones merodeadoras, todavía no han alcanzado un nivel de desarrollo suficiente como para ser empleados en ofensiva con garantías y menos cuando se trata de ir más allá del nivel táctico (ni siquiera hay garantías de que en el futuro esto ocurra, pues hay avances que por su propia naturaleza favorecen la ofensiva y otros la defensiva).
En este sentido, desde el momento en el que Rusia opto por avanzar en forma de «balsa de aceite» tras la cobertura de su artillería, logró también anular parte de esta ventaja tecnológica, que sólo la llegada de los HIMARS o de munición de precisión para los obuses de 155mm han logrado en parte revertir al atacar los depósitos de suministro rusos, limitando el número de municiones a disposición de sus artilleros.
Por otra parte, aunque hay quien confía en los partisanos para provocar un nivel de presión insostenible sobre las tropas rusas en Jersón o Zaporiyia, y pese a que estos se van anotando golpes en su haber, como el asesinato de colaboracionistas o ataques a vías de tren, lo cierto es que están muy lejos de ser poco más que una molestia para Rusia, al menos por ahora. Es más, hay indicios de que los planes para integrar dentro de la Federación Rusa ambas regiones son sólidos y se están implementando con pocos contratiempos.
Algunas de las medidas ya las hemos ido comentando, desde la sustitución de la grivna por el rublo a la concesión de la nacionalidad rusa a los recién nacidos y del cambio de redes móviles a la sustitución de los canales de radio y televisión ucranianos por los rusos. El próximo paso será la convocatoria de referendos, tras lo cual Rusia podría intentar congelar el conflicto por todos los medios, a la espera de tiempos mejores.
Mientras todo esto se decide, sobre el terreno se han producido novedades. No al norte, en donde habría continuado la tónica de los días y semanas anteriores, con ataques rusos sobre Senkivka y Hremiach, en la región de Chernígov, además de sobre Basivka y Kindrativka en Sumy. En Járkov, la artillería rusa ha castigado la capital regional, así como Udy, Dementiivka, Ruski Tyshky, Cherkaski Tyshky, Velyki Prohody, Prudianka, Protopopivka, Petrivka, Staryi Saltiv, Verkhniy Saltiv, Mospanove y Korobochkyne.
En la zona de Izium, aunque siguen existiendo indicios de avances ucranianos en dirección a esa ciudad, a través de Dovhenke, no se han reportado combates hoy salvo por algún pequeño movimiento ruso hacia Dolyna y Dimytrivka que habría sido rechazado por las tropas ucranianas. Lo más reseñable del día serían por tanto los ataques artilleros sobre Dolyna, Brazhkivka, Nortsivka, Dibrovne, Mazanivka y Bohorodychne.
En el eje Lysychansk-Sloviansk las tropas rusas y milicianas continúan con sus intentos de mover la línea de frente en dirección a la carretera T0513 que comunica Siversk y Bakhmut. No obstante, al menos por el momento siguen sin hacerse con ninguna de las localidades en liza, es decir, Verkh’okam’yanka, Ivano-Darivka, Vyimka y Yakolivka.
En dirección a Bakhmut se ha seguido combatiendo en Soledar, en la entrada este de Bakhmut, en Versyna y hacia Kodema, como en días anteriores. Es posible que en Soledar las tropas rusas hayan logrado ganar alguna calle en dirección oeste desde la planta Knauf, pero la falta de documentos gráficos impide establecer el punto exacto en el que se encuentran atacantes y defensores. Por su parte, hacia Yakolivka, y a pesar de que en algunos canales rusos se hablaba de la toma de la localidad, lo que hemos podido ver en vídeo son ataques artilleros en dirección a ésta y movimiento de tropas rusas y milicianas en las inmediaciones, pero no en el interior de la población, lo que indica que sigue en poder ucraniano.
Al oeste de la ciudad de Donetsk –hoy también atacada– se continúa combatiendo hacia Avdiivka, Pisky y Mariinka. Por el momento la única zona en la que se están produciendo movimientos reseñables es Pisky, en donde las tropas rusas y aliadas, tras el castigo artillero de las últimas jornadas, habrían tomado algunas calles, controlando ya más de la mitad de la localidad.
Lo más lógico, una vez la localidad caiga como es posible que ocurra en las próximas horas o días, es que los ucranianos sitúen su nueva línea defensiva en la carretera que hemos marcado en azul y que, hasta que la guerra llevó el caos a la región, era uno de los cinturones de circunvalación de Donetsk. A partir de ahí, ya entrarían en juego poblaciones como Vodyane u Opytne y los obstáculos naturales como los numerosos pantanos que pueblan la zona.
En el sur del país, se han reportado intentos rusos por alcanzar Pavlivka y Velyka Novosilka, sin éxito. Después de muchas semanas desde su toma, la cabeza de puente de Davydiv Brid todavía está en poder ucraniano y, como hemos explicado al inicio del informe, podría llegar a servir a los ucranianos para hacer un intento sobre Nova Kakhovka. Ahora bien, los refuerzos rusos hacia la zona, por más que muy dificultados por los ataques ucranianos sobre los puentes de Jersón y de la citada localidad, quizá hayan hecho a Kiev perder su oportunidad. Mientras tanto, al menos permite cortar los suministros rusos en dirección a Krivói Rog por la T2207.
Para finalizar con la parte militar, los cambios de posiciones confirmados en las últimas horas serían los siguientes:
- Óblast de Járkov: Sin movimientos.
- Óblast de Lugansk: Sin movimientos.
- Óblast de Donetsk: Avances rusos hacia el oeste de Pisky. El Ministerio de Defensa ruso ha afirmado que controlan el conjunto de la localidad. En Soledar habrían logrado ganar algunas calles en dirección oeste noroeste desde la planta Knauf.
- Óblast de Zaporiyia: Sin movimientos.
- Óblast de Jersón: Sin movimientos.
- Óblast de Nikolayev: Sin movimientos.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Como viene siendo lo propio durante los fines de semana, la actividad ha disminuido considerablemente si bien los tira y afloja diplomáticos van en aumento.
Las tensiones en torno a Zaporiyia no solo aumentan por las declaraciones de ambas partes en conflicto, sino también por la presión que trata de ejercer la comunidad internacional, por un lado, y las autoridades ucranianas por otro, para que se designe a Rusia como estado patrocinador del terrorismo. Letonia ha sido el primer país en dar este paso, si bien no está nada claro que otros países, incluidos los miembros de la UE, vayan a seguir este camino.
En Estados Unidos se está tramitando una iniciativa en el Congreso para decidir si atribuir esta calificación o no a Rusia y Moscú ya ha advertido que de aprobarse implicaría que Washington cruzaría “el punto de no retorno” y que causaría “el daño colateral más grave para las relaciones diplomáticas bilaterales, hasta el punto de degradarlas e incluso romperlas”.
Por su parte el ya bien conocido asesor de la Presidencia de Ucrania, Mikhailo Podolyak, sostiene que el objetivo de Rusia al disparar en la parte de la central nuclear en la que se almacena el suministro de energía sería el de desconectarles de Zaporiyia y culpar al ejército ucraniano, mientras Naciones Unidas y la Agencia Internacional de la Energía Atómica “siguen mirando al techo”.
Asimismo, ha recalcado en su perfil de Twitter que “Rusia comenzó la guerra contra Ucrania en 2014 con la incautación de Crimea”, por tanto, considera que “debe terminar con la liberación de Crimea y el castigo legal de los iniciadores de <operaciones militares espaciales> cuyos nombres están registrados en el protocolo del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa con fecha del 21 de febrero [de 2022]”. Así, sentencia que “todo lo demás es dar vueltas en círculos”.
Esta, no obstante, ha sido la postura de Kiev hasta el momento: devolver todos los territorios ocupados por Rusia a Ucrania de conformidad con las fronteras reconocidas internacionalmente.
En otro orden de cosas, la ayuda militar sigue llegando a Ucrania. El ministro de Defensa, Oleksii Reznikov, ha anunciado que han recibido los primeros cuatro de ocho obuses autopropulsados Zuzana 2 que encargaron a Eslovaquia el pasado mes de junio. Ha enfatizado que serían “las séptimas armas estilo OTAN” que han recibido y que acompañarán a los M777, FH70, CAESARs, M109, Krabs y PzH 2000. Un hito que celebran, pero que también asegura un importante caos logístico dadas las distintas necesidades en cuanto a mecánica, recambios, etc.
Sobre Eslovaquia también es de obligada mención que el próximo mes de septiembre dejarán en tierra sus MiG-29 y posteriormente los donarán a Ucrania.
Por otro lado, mientras estamos a la espera de que en el seno de la UE se decida cómo actuar frente a la petición de algunos países -sobre todo bálticos- de que se prohíba la expedición de visas Schengen a ciudadanos rusos, el ministro de Exteriores ucraniano Dmytro Kuleba ha declarado que “los rusos que están molestos con la posibilidad de que se les prohíba viajar como turistas a Europa pueden presentar sus quejas al Kremlin y a más del 70% de sus compatriotas que apoyan la guerra”. No obstante, ha subrayado que nadie está planteando prohibir la entrada basada en razones humanitarias o asilo. En este mismo sentido también se ha pronunciado el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
No obstante, la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, ha vuelto a quejarse sobre este asunto argumentando que la falta de restricciones de acceso a los ciudadanos rusos a la zona Schengen supone una carga “injusta” para los países vecinos de Rusia. Así pues, considera “no es justo que los demás países Schengen emitan visas, pero nosotros tres nos llevemos a la carga” en referencia a Finlandia, Estonia y Letonia.
Cambiando de tercio, durante la jornada de hoy dos buques más han zarpado desde el puerto de Chornomorsk. De un lado, el Fulmar S con bandera de Barbados cargado con 12.000 toneladas de maíz se dirige a Iskenderun, provincia de Turquía. De otro, el Thoe con bandera de las Islas Marshall porta 3.000 toneladas de semillas de girasol con rumbo a Tekirdag, también en Turquía.
Esto eleva a 16 el número total de barcos que han zarpado desde los puertos ucranianos del Mar Negro gracias a la implementación del Acuerdo de Estambul, firmado por separado por Ucrania y Rusia con Turquía y Naciones Unidas. Las autoridades turcas, además, han aseverado que desde sus puertos partiría otro buque hacia Ucrania para comprar más cereal.
Por último, a nivel humanitario, el ministro de Salud de Ucrania, Viktor Liashko, ha acusado a las autoridades rusas de estar cometiendo crímenes contra la Humanidad al bloquear el acceso a los medicamentos en las zonas ocupadas desde que comenzó la invasión. Según el político ucraniano:
“A lo largo de los seis meses de guerra, Rusia no ha (permitido) corredores humanitarios adecuados para que podamos proporcionar nuestros propios medicamentos a los pacientes que los necesitan”.
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