Las tropas rusas continúan con su pausa operativa, es decir, sin concentrar medios para lanzar grandes ataques, mientras los HIMARS continúan día a día atacando los depósitos de municiones en su retaguardia y un millar de ucranianos son entrenados en el Reino Unido en un día en el que Rusia ha comenzado a ofrecer la nacionalidad rusa a todos los ucranianos que lo deseen, como parte de su plan destinado a consolidar la presencia rusa en el este y el sur de Ucrania.
La última jornada de guerra se ha saldado con nuevos bombardeos en la zona noreste de Ucrania, incluyendo la óblast de Chernígov, en donde han afectado a Karpovichiy y Nikolaivka, así como a las localidades de Mykilske, Lebyazhe, Staryi Saltiv, Slatyne, Bazaliivke, Peremoha, Zolochiv y Petrivka ya en Járkov.
En el eje Izium-Sviatohirsk-Sloviansk no se han reportado movimientos. El Ejército ruso ha continuado bombardeando Husarivka, Chepil, Mazanivka, Dolyna, Chevrovne, Dibrove, Adamivka y Bolobuyivka. El único intento ruso de toma de posiciones ucranianas se ha notificado en Krasnopillya, ligeramente al oeste de Borohodychne y Dolyna y se habría saldado sin éxito.
En el eje Lysychansk-Siversk-Sloviansk la situación se ha mantenido sin cambios. Con buena parte de las unidades rusas disfrutando de rotaciones con sus preceptivos permisos y la necesidad de recomponer las fuerzas tras los esfuerzos de los meses previos, no están en disposición por el momento de quebrar las defensas ucranianas en dirección a Siversk. Del lado ucraniano habrían sido bombardeadas un día más la propia Siversk, Zakitne, Serebryanka, Hryhorivka, Bilohorivka, Verkhnokamianske, Spirne, Zvanivka, Vyimka e Ivano-Daryivka.
Por su parte, en el eje Popasna-Bakhmut-Sloviansk se vive una situación parecida, con numerosas localidades ucranianas afectadas por el fuego artillero ruso, incluyendo Chasiv Yar, Berestove, Pokrovske, Soledar, Zaitseve y Vershyn. Sin embargo, es aquí en donde los ucranianos habrían seguido lanzando ataques de precisión con mayor insistencia -además de en Donetsk- lo que les ha llevado en las últimas semanas a destruir algunos de los principales depósitos de municiones y suministros rusos. Esto sin duda complicará la tarea de transformar todo el potencial militar, ya de por sí disminuido por las bajas sufridas en los combates de los últimos meses, en fuerza combativa.
Lo mismo podría decirse de la zona de Izium-Oskil-Studenok, en donde los incendios continúan activos demostrando ataques inmisericordes por parte ucraniana a una región en la que se concentra el paso de recursos, pues allí confluyen las vías que parten desde Voronezh y Bélgorod.
Al sur del país, tal y como demuestra FIRMS y como recogen los informes oficiales, los bombardeos han afectado a toda la línea de frente, por lo que no tiene mayor sentido compartir la larguísima enumeración de objetivos batidos. Lo importante, a efectos del informe, es que no se han reportado movimientos tampoco aquí.
En otro orden de cosas, se ha sabido que Wagner Group está tratando de reclutar nuevos efectivos de todas las formas posibles, dadas las bajas sufridas en las acciones que han tenido lugar en la zona de Popasna, Severodonetsk y Lysychansk. Ofrecen condiciones muy ventajosas para el estándar ruso, a costa de un enorme riesgo, obviamente. Esto se une a las informaciones sobre la recluta de presidiarios con formación policial y militar, algo que a muchos les sorprende, pero que es habitual en cualquier conflicto y que los ucranianos también han hecho.
Más allá de esto, lo verdaderamente relevante de la jornada han vuelto a ser una vez más los ataques mediante HIMARS, que han alcanzado objetivos en Tokmak y en Nova Kakhova. Lo cierto es que Rusia no tiene medios con los que neutralizar un sistema que está causando enormes estragos -hablamos de una treintena de objetivos alcanzados en apenas dos semanas-. Los sistemas antiaéreos en servicio con Rusia no pueden frenar los cohetes ucranianos en el aire o al menos hasta ahora se han demostrado totalmente incapaces de hacerlo. La artillería rusa, por alcance y precisión, no puede hacer fuego de contrabatería contra unos vehículos que abandonan la posición antes de que los proyectiles alcancen el blanco. La aviación rusa, que en breve verá además dificultada su acción por la llegada de nuevos sistemas antiaéreos a Ucrania, no tiene medios para localizar los HIMARS de noche, que es cuando suelen operar. Mientras tanto, su número seguirá creciendo.
El problema para los rusos aquí no es que una salva de seis cohetes vaya a terminar con unidades enteras, sino que lejos de ser utilizada por Ucrania como un arma para batir zonas, o de supresión, es empleada como un arma de precisión, a diferencia de la artillería cohete en servicio con Rusia. Con un círculo de error probable de entre 3 y 7 metros hasta a 85 kilómetros -irrelevante dada la cantidad de explosivos que transportan- sus cohetes pueden eliminar objetivos concretos, como demuestra la siguiente imagen y hacerlo con daños colaterales mínimos -aunque obviamente sin control sobre lo que pueda pasar al detonar el material almacenado en el interior de un depósito de municiones-.
Esto provoca que, poco a poco, la capacidad rusa de batir las posiciones ucranianas vaya disminuyendo, ya que el flujo de municiones al frente vuelve a reducirse, por más que todavía no se haya vivido ninguna reducción dramática. Así, los HIMARS con su alcance y precisión dan a los ucranianos una oportunidad de atacar los dos elementos determinantes que han permitido las últimas victorias rusas: la superioridad artillera y la disponibilidad de más de una línea de suministros. Es un tema que preocupa y mucho en Rusia, sobre el que se ha pronunciado el ínclito «Strelkov» ayer mismo y también sobre el que están haciendo comentarios muy negativos incluso las cuentas más prorrusas, pues efectivamente el HIMARS, en el contexto de la guerra de Ucrania, es un auténtico game-changer, sin pretender dar a esta expresión más significado del que tiene, pues por sí solo no va a dar la victoria a los ucranianos.
Sin embargo, sí les da una oportunidad, pues si bien los ucranianos, tal y como hemos explicado en más de una ocasión, ya no pueden flanquear los despliegues rusos lanzando múltiples pequeños ataques a nivel táctico en busca de objetivos operacionales, ahora pueden lograr efectos parecidos golpeando los puntos en donde confluyen sus suministros antes de ser trasladados hasta el mismo frente. Rusia, como dijimos, tendrá que adaptarse seguramente apostando por la «distribución».
Para finalizar con la parte militar, los cambios de posiciones confirmados en las últimas horas serían los siguientes:
- Óblast de Járkov: Sin movimientos.
- Óblast de Lugansk: Sin movimientos.
- Óblast de Donetsk: Sin movimientos.
- Óblast de Zaporiyia: Sin movimientos.
- Óblast de Jersón: Sin movimientos.
- Óblast de Nikolayev: Sin movimientos.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Las noticias relacionadas con la parte internacional del conflicto, así como con la parte política han sido relativamente pocas en las últimas horas. La atención internacional, especialmente europea, sigue centrada en los hidrocarburos. En este sentido, cabe mencionar que se ha hecho efectivo el cierre por mantenimiento del gasoducto Nord Stream 1 que suministra gas a Alemania, lo que dejará al país sin apenas posibilidades de seguir completando sus reservas durante las próximas semanas, salvo mediante vía marítima.
A pesar de que se trata de un mantenimiento programado y necesario, existen importantes dudas acerca de su el flujo será restablecido cuando culmine y en qué porcentaje, siendo pesimistas los alemanes al respecto. Además, la empresa rusa Gazprom ha informado de problemas técnicos con partes de una turbina que su socio Siemens Energy envió a Canadá para su reparación, pero que no pudo ser devuelta debido a las sanciones occidentales a Rusia por su invasión de Ucrania, lo que podría dar a Rusia una excusa para cortar el suministro.
Cambiando de tercio, el Reino Unido, pese a su crisis política, ha comenzado a formar a alrededor de un millar de militares ucranianos sin experiencia previa. Es la primera parte de un programa más amplio que tiene como objetivo capacitar a hasta 10.000 soldados ucranianos en el manejo de armas, primeros auxilios y diversas tácticas, según el Ministerio de Defensa del Reino Unido. No es previsible, pese al cambio de rostros en el Gobierno británico -esperan elegir al sucesor de Johnson en septiembre-, que la ayuda a Ucrania cese en ningún caso.
En otro orden de cosas, Putin ha firmado hace algunas horas el decreto presidencial que ofrece a todos los ciudadanos ucranianos una vía rápida para obtener la ciudadanía rusa. En realidad no es más que una vuelta de tuerca más a un mecanismo que lleva en vigor desde 2019 y que se ha ido ampliando por ejemplo para ofrecer la ciudadanía de forma automática a todos los nacidos en territorios controlados por Rusia desde el comienzo de la invasión. De esta forma, Rusia intenta asegurar su control sobre estas regiones a largo plazo, en combinación con otras medidas como el cambio en las redes de operadores móviles y de Internet o el cambio de la grivna ucraniana por el rublo. Por supuesto, Ucrania ha condenado el nuevo decreto.
Otro tema candente es, una vez más, la exportación de grano ucraniano. Después de múltiples intentos, se espera que el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder turco, Recep Tayyip Erdogan se reúnan presencialmente en breve, después de haberlo acordado así en una reunión telefónica en la que discutieron los esfuerzos para facilitar las exportaciones de granos de Ucrania. Recordemos que Turquía ha estado mediando entre Moscú y Kiev desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero y también que Erdogan ha estado presionando para establecer un corredor marítimo para las exportaciones de granos ucranianos a través del Mar Negro, algo a lo que Rusia podría estar más dispuesta ahora, según los medios turcos.
Por último, en el plano humanitario, el número de refugiados se mantiene estable. En cuanto al número de bajas civiles, cifra que normalmente recogen las Naciones Unidas a medida que van confirmando nuevas muertes, no hay nuevos datos desde el día 5 de julio no porque no se hayan producido nuevas bajas -de hecho han sido decenas a causa de los bombardeos de estas últimas jornadas- sino porque el organismo ha dejado de actualizar su web.
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