En las últimas horas los combates han seguido produciéndose en Severodonetsk, los alrededores de Limán, Sviatohirsk, el norte de Popasna y por supuesto en la región de Jersón. Mientras las tropas rusas continúan avanzando con lentitud, a costa de un gran desgaste, los ucranianos continúan confiando para mantener sus opciones en la ayuda internacional. Ayuda que hoy ha sido un día más protagonista, con la aprobación de un nuevo paquete por parte de los Estados Unidos y nuevos anuncios por parte alemana, así como rumores insistentes sobre importantes envíos desde Polonia.
La situación en Severodonetsk sigue siendo similar a la de ayer. Las tropas rusas controlarían todas las zonas residenciales –aproximadamente el 80% de la ciudad-, mientras que los defensores ucranianos se habrían hecho fuertes por ahora en la parte industrial. Es difícil predecir cuánto puede prolongarse la situación, pero está claro que los ucranianos están tratando de imponer el mayor coste posible a Rusia y de vender la idea de que no se va a regalar un solo metro cuadrado de territorio.
También en torno a Limán se vive una situación parecida. Si en días pasados parecía que las tropas rusas alcanzarían el Donets rápidamente, pues los testimonios sobre una retirada ucraniana eran abundantes, todavía se está combatiendo por aldeas como Railhorok, tal como muestran las imágenes satélites en las que se recogen perfectamente la magnitud de los incendios.
Ligeramente al norte de esta zona también se estarían produciendo combates. En concreto, hay reportes que afirman que las tropas rusas se habrían hecho con Sviatohirsk, aunque por el momento no hay confirmación. También se comenta que el puente que cruza el Donets en esta localidad habría sido volado por los rusos, aunque una vez más carecemos de confirmación visual. De llegar a confirmarse, sería un movimiento interesante, pues apuntala la idea de que el objetivo ruso pasa, de alguna forma, por dirigirse directamente contra Sloviansk.
Recordemos que en el pasado, cuando Rusia intentó un ataque en profundidad desde Izium, la idea era llegar a Barvinkove y, desde el este dirigirse a Sloviansk y Kramatorsk para rodearlas y cortar sus vías de suministros. Fracasada esta opción, Rusia ha ido buscando ganancias incrementales -la famosa «balsa de aceite» de la que venimos hablando desde finales de marzo- exponiendo al mínimo sus SLOC.
El problema de esta estrategia sigue siendo el mismo: el desgaste es enorme. Capturar cada pequeña villa tiene un alto precio en medios y vidas y en cada avance se sacrifica algo importante. La última intentona en Popasna, como hemos visto, se ha estancado una vez superadas las «tierras baldías» bajo el alcance de la artillería, situada en altura en dicha localidad. Por el momento no han logrado cortar de forma efectiva la T-1302, ni tomar Soledar, ni amenazar claramente Artevmisk.
Por supuesto, seguirán acumulando material y hombres y lanzando ataques limitados y logrando éxitos relativos, lo que nos lleva de lleno al nivel de la gran estrategia -aquel un peldaño por encima de la estrategia nacional y dos por encima de la estrategia militar-. En este caso, al tratarse de una guerra proxy relativamente barata para Occidente, es de prever que se sigan suministrando armas a Ucrania no sólo porque efectivamente se apoye su integridad territorial sino también porque se está causando un daño mayúsculo al Ejército ruso, al que costará recuperar todo lo perdido no sólo dinero, sino también tiempo. Además, con el hándicap de las sanciones, que dificultarán su acceso a tecnologías y recursos clave para la industria bélica (otros de los efectos de las sanciones son más discutibles, pero eso se escapa a este análisis).
Del lado ruso, les mueve la seguramente la convicción de que el terreno tomado es terreno ganado, pues seguimos pensando que, llegado el caso, intentará congelar el conflicto o buscar una salida pactada que reconozca el nuevo statu quo a cualquier precio. Además, hay aspectos intangibles que son difíciles de medir. Más allá de toda la retórica de la «desnazificación», es evidente que las élites rusas, más allá de las implicaciones para la seguridad del país que tiene la deriva pro-occidental de Ucrania y que son la razón principal tras la guerra, creen estar librando una guerra justa.
Volviendo sobre el terreno, hay también informaciones de que las milicias de Lugansk habrían logrado controlar una parte sustancial de Komyshuvakha, al norte de Popasna, aunque nuevamente sin confirmación visual. Continúan pues probando tanto aquí como en Viktorivka, Zolote y Toshkivka, a ver si en algún punto ceden las defensas ucranianas y logran el tan ansiado envolvimiento.
Al sur, en Jersón, las noticias siguen siendo tan confusas como ayer. Según el Jefe de la Administración regional de Jersón, Gennady Laguta, las Fuerzas Armadas ucranianas habrían liberado, avanzando desde Dnipró, más de una veintena de asentamientos. Por supuesto, como es habitual en estos comunicados -ya vimos unos cuantos a propósito de la contraofensiva al norte de Járkov-, no se ofrecen los nombres exactos de las poblaciones retomadas, ni confirmación de ningún tipo. Lo que sí se sabe es que se han librado combates en distintos puntos de la región y que hay indicios de al menos cierto repliegue ruso hacia el sur en los alrededores de Davydiv Brid.
Para finalizar con la parte militar, como cada día, resumimos los movimientos y cambios de posición por regiones.
- Óblast de Járkov: Sin movimientos.
- Óblast de Lugansk: Las tropas rusas podrían haber tomado una parte sustancial de Komyshuvakha (sin confirmación). Informaciones no concluyentes sobre Sviatohirsk.
- Óblast de Donetsk: Sin movimientos.
- Óblast de Zaporiyia: Sin movimientos.
- Óblast de Jersón: Sin movimientos.
- Óblast de Nikolayev: Sin movimientos.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El inicio del mes ha estado marcado por los anuncios sobre los nuevos envíos de armamento de Occidente a Ucrania, mientras continúan los intercambios de declaraciones entre Ucrania y Rusia acerca de la posible reapertura de las negociaciones.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, recuperando alguna de sus declaraciones realizadas cuando las negociaciones sí estaban en marcha ha insistido en que ambos presidentes, Putin y Zelenski, podrían reunirse solo para finalizar “cierto documento”. Desde el comienzo de las negociaciones Rusia ha venido defendiendo que este encuentro debe producirse una vez los grupos de trabajo hayan avanzado y tengan, al menos, un borrador firme de acuerdo aceptable para ambas partes. No obstante, ha hecho hincapié en que el trabajo sobre este documento se suspendió “hace bastante tiempo y nunca se ha reanudado”. Asimismo, según el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, otro acuerdo que aún estaría lejos es el relativo a la exportación de los productos agrícolas ucranianos.
También ha manifestado que la visita del ministro de Exteriores Sergei Lavrov a Turquía tendría una “conexión indirecta” con una posible reunión en Estambul entre Moscú, Kiev y Naciones Unidas, aunque “todavía no hay una visión clara con respecto a una reunión”. Por otro lado, ha adelantado que el presidente Putin ha sido invitado a Turquía, pero que el “momento [de la visita] se acordará a través de canales diplomáticos”. Por tanto, desconocemos en qué momento podría producirse.
Otra de las declaraciones ha sido la del ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en relación con las palabras del Alto Representante Josep Borrell ayer a su llegada al Consejo Europeo acerca de que la UE también debe poder ser un poder militar. Así, Lavrov, -quien considera que Borrell emplea un lenguaje beligerante como también ha destacado en otras ocasiones-, ha enfatizado que “probablemente, se trata principalmente de meras palabras, pero no hay humo sin fuego”. En este sentido, añade que considera que estas palabras, habida cuenta también del “ala rusofóbica tan fuerte en la UE, que durante muchos años impuso efectivamente su posición a todos los demás, explotando el principio de solidaridad y consenso”, “reflejan la tendencia de que una minoría agresiva está imponiendo a toda la Unión Europea”. Sentencia afirmando que para esta minoría lo ideal es “una Unión Europea militarizada como un apéndice de la OTAN”.
Hay que tener en cuenta que hoy se está produciendo también un hito importante en Dinamarca, ya que mediante referéndum decidirán si desean integrarse en la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD). Desde 1992 y hasta la fecha, Dinamarca ha contado con una cláusula opt-out en esta materia, y como consecuencia de la guerra en Ucrania su primera ministra Mette Frederiksen anunció que su gobierno es proclive a formar parte también de esta política. De ganar el “sí” contaríamos con una PCSD a 27, Dinamarca podría integrarse también en la Agencia Europea de Defensa, quedaría plenamente ligada al artículo 42.7 del Tratado de la Unión sobre la cláusula de asistencia mutua, participar en la Cooperación Estructurada Permanente, en las misiones y operaciones, y un largo etcétera. Acciones que por el momento había descartado siempre que tuviesen “implicaciones en el ámbito de la defensa”.
En relación puramente con el aspecto militar, los aliados de Ucrania siguen reafirmando su compromiso de enviar armamento además de ayuda financiera y humanitaria. Hoy, desde primera hora de la mañana, han ido conociéndose una serie de anuncios relevantes comenzando por el de Estados Unidos.
El presidente Joe Biden ha decidido proveer a Ucrania con “sistemas de cohetes y municiones más avanzadas”, pero reafirmando que no enviará cohetes “que puedan impactar en Rusia”. En particular, está previsto que envíe un nuevo paquete de ayuda militar por valor de 700 millones de dólares y que incluya, entre otras cosas, HIMARS. También el Reino Unido por su parte podría estar planeando el envío de MLRS a Kiev.
Además, en un artículo de opinión escrito por el propio Biden para The New York Times ha aclarado que no busca una guerra con Rusia:
“Por mucho que no esté de acuerdo con el señor Putin, y considere sus acciones un ultraje, Estados Unidos no intentará provocar su destitución en Moscú”. (…) “Mientras Estados Unidos o nuestros aliados no sean atacados, no participaremos directamente en este conflicto, ya sea enviando tropas estadounidenses a luchar en Ucrania o atacando a las fuerzas rusas. No estamos alentando ni permitiendo que Ucrania ataque más allá de sus fronteras”.
La opinión del Kremlin no es coincidente y así lo ha hecho constar Dmitry Peskov:
“Creemos que Estados Unidos está echando leña al fuego deliberadamente. Estados Unidos obviamente mantiene la línea de que luchará contra Rusia hasta el último ucraniano”.
Asimismo, Alemania, que ha venido siendo esquiva con este tema y acusada por su tibieza, ha confirmado también que realizará la entrega de sistemas antiaéreos IRIS-T y radares a Ucrania. Asimismo, el canciller Olaf Scholz ha expresado que apoyará en la medida de sus posibilidades técnicas la entrega de MLRS estadounidenses. Según ha remarcado el líder alemán, desde el 24 de febrero su país habría entregado más de 15 millones de cartuchos, 100.000 granadas y más de 5.000 minas contracarro a Ucrania.
Pese a los diversos anuncios, las autoridades ucranianas siguen instando a la comunidad internacional a que sigan armando a su país. El presidente Zelenski incluso ha afirmado que “todo el mundo debería ser un lobista para el suministro de armamento pesado a Ucrania, lo que puede acelerar nuestra victoria”. Cuestiones que también han sido puestas de manifiesto por el jefe de la Oficina de la Presidencia, Andriy Yermak, en su reunión con el Comité de Asuntos Exteriores y Defensa del Parlamento irlandés.
Por último, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la rueda de prensa conjunta con el secretario de Estado americano, Antony Blinken, tras su reunión de hoy ha insistido nuevamente en la idea de que “Putin quería menos OTAN; él está teniendo más OTAN – más tropas y más miembros de la OTAN”. De este modo, ha enfatizado que la fuerte disuasión de la OTAN está ayudando a eliminar cualquier posibilidad de error de cálculo de Moscú en relación con la disposición de la Alianza para defender y proteger a todos sus miembros. Por supuesto, ha hecho referencia a las decisiones históricas de Suecia y Finlandia, y ha anunciado que mantendrán una reunión con altos funcionarios de ambos países en Bruselas. Reunión a la que también acudirán representantes turcos a fin de discutir sobre las preocupaciones de seguridad de Turquía y que podrían obstaculizar el proceso de adhesión tanto de Finlandia como de Suecia.
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