Guerra de Ucrania – Día 42

En las últimas horas los combates se han centrado en el este del país, como cabía esperar. Las tropas rusas continúan su tránsito desde Kiev, Chernígov y Sumy en dirección a Izyum, ciudad en cuyos alrededores no dejan de producirse operaciones de combate, aunque a una escala mucho menor que lo visto en semanas anteriores. Entre dicha localidad, Popasna al SE y Severodonetsk al E hay un saliente que los rusos intentan cortar, aunque para ello necesitarán todavía acumular más medios, tiempo que los ucranianos aprovecharán para seguir enviando refuerzos en espera de que las nuevas sanciones y el nuevo armamento que esperan recibir contrarresten los planes rusos.

La capacidad ucraniana de reforzar estas y otras de las áreas por las que se combatirá las próximas semanas, dependerá de la disponibilidad, entre otras cosas, de combustible y de trenes mediante los cuales desplazar material pesado. Hoy mismo Rusia ha bombardeado una nueva instalación de almacenamiento de combustible en Chuguev, en la óblast de Járkov, así como la estación de tren de Lozova, en la misma región.

Como hemos comentado en informes anteriores, desde hace un par de semanas Rusia parece venir realizando un esfuerzo cada vez más sistemático por destruir las instalaciones ucranianas de almacenamiento de combustibles. Está por ver si sus esfuerzos dan el resultado esperado por Moscú, aunque se trata de un objetivo tardío.

Precisamente la campaña de lanzamiento de misiles de crucero y balísticos, empleados en varias ocasiones contra este tipo de objetivos, es uno de los interrogantes de esta guerra. Los desarrollos teóricos de las últimas décadas y la experiencia de operaciones como «Desert Fox» o «Allied Force» entre otras, nos hablan de su empleo como armas que persiguen la «paralización estratégica» del enemigo. Se emplean contra puestos de mando, instalaciones críticas relacionadas con las comunicaciones, los transportes, la actividad gubernamental, etc. Por supuesto, a lo largo de los últimos 42 días hemos visto ejemplos de esto, pero no en el volumen y con la meticulosidad que paralizar un país del tamaño de Ucrania merecen.

Precisamente el empleo las armas de precisión, entre las que se incluyen misiles de crucero Kalibr, misiles balísticos Iskander e incluso armas antibuque empleadas contra objetivos terrestres (P-800 Ónix) constituyen un buen ejemplo de la falta de planificación rusa de cara a la segunda fase de la guerra de Ucrania y, por tanto, apoya la idea de que Moscú nunca pretendió una invasión, sino que se ha ido adaptando como ha podido a un escenario inesperado al fallar la operación de decapitación.

En las primeras horas de la guerra, las Fuerzas Armadas rusas emplearon un total de 160 misiles de crucero y balísticos contra Ucrania, atacando centros de mando y otras infraestructuras críticas. Sin embargo, no fueron capaces de sostener este ritmo en los días siguientes. Los lanzamientos entre el 24 de febrero y el 31 de marzo oscilaron entre un pico máximo de 125 el 7 de marzo y ninguno el día 22, con un promedio de 56.

Por comparar, únicamente durante las primeras horas de la operación «Desert Fox» de 1998 se utilizaron 250 misiles de crucero Tomahawk, empleándose en total 415 en cuatro días y contra apenas un centenar de objetivos. Eso siendo Irak un estado con una superficie casi un tercio menor a la de Ucrania y dirigiéndose el ataque contra objetivos muy específicos relacionados con el programa de armas de destrucción masiva.

Además, en el caso de Ucrania la mayor parte de los lanzamientos se realizaron en las dos primeras semanas, rebajándose desde entonces el ritmo de uso de este tipo de armamento entre rumores de problemas de stocks. El resultado de su empleo, muy cuestionable, es lo que nos permite reafirmarnos en la idea de que Rusia no buscaba reducir al máximo las capacidades ucranianas de mando y control, dislocar su dispositivo militar o afectar a la logística de las Fuerzas Armadas ucranianas. En ningún momento se han producido cortes importantes del suministro eléctrico en Ucrania, ni se ha perdido la conexión a Internet, como tampoco telefónica ni siquiera en Kiev. Tampoco el Gobierno ha dejado de poder comunicarse con la ciudadanía y con el resto del mundo. Por su parte, las comunicaciones militares tampoco parece que se hayan visto afectadas de forma crítica, conservando unas importantes capacidades de mando y control que están detrás de la respuesta ucraniana a las ofensivas terrestres rusas. Ni siquiera la red IADS fue destruida y Rusia apenas ha podido aspirar a lograr superioridad aérea (y no supremacía), en áreas concretas.

Todo indica pues que, lejos de seguir una planificación sistemática que buscase provocar esa «parálisis estratégica» de la que hemos hablado, se han utilizado los misiles balísticos y de crucero como parte de la estrategia de imposición de costes a la que Rusia se vio abocada a partir de la primera semana de combates, lo que constituiría un importante error, a falta de más datos y tiempo para investigar el tema en profundidad.

En cualquier caso, si todavía dispone de una cantidad importante de estas armas, algo que no está claro ya que le hemos visto recurrir por ejemplo a misiles antibuque para atacar objetivos en tierra (sin contar con que ha de guardar una parte importante por si la guerra escalase), deberá seguir atacando las instalaciones realmente críticas, en lugar de desperdiciar estos valiosos recursos en objetivos que no están directamente relacionados con la actividad militar.

Dicho lo anterior, por frentes las novedades más importantes de las últimas horas son las siguientes:

  • Norte: Sin novedad.
  • Noreste: Sin novedad.
  • Sur: Continúan los combates en Mariúpol. En las últimas horas hemos podido ver bombardeos por parte de las Fuerzas Armadas rusas y las milicias de la RPD sobre las instalaciones portuarias. Se desconoce el número de defensores que todavía resisten en las zonas más céntricas, pero la artillería rusa estaría bombardeando sus posiciones no solo con proyectiles, sino también con octavillas, conminándoles a la rendición y a seguir el ejemplo de los integrantes del 501º batallón independiente de la Infantería de Marina ucraniana. Por supuesto, la rendición no parece una opción para los integrantes del regimiento extremista «Azov» que presumiblemente resistirán hasta el final, a sabiendas del negro futuro que les espera si son capturados. Por último, terminando con Mariúpol, hoy hemos podido ver las primeras imágenes del uso de morteros pesados 2S4 Tyulpa, capaces de lanzar granadas de 134 kg y pensados para asedios como el de esta ciudad. En Nikolayev se han seguido produciendo bombardeos rusos. No está clara la situación ni en esta óblast ni en el de Jersón, con informaciones opuestas de ambos bandos sobre el destino de localidades como Snigurovka o Halytsynove.
Mapa de situación a 5 de abril de 2022. Autor – @JominiW.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

La jornada de hoy ha estado marcada principalmente por las distintas reacciones a la propuesta del quinto paquete de sanciones de la UE a Rusia.

El Ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, ha destacado que valora el endurecimiento de las sanciones, pero que se necesitará un embargo del gas y petróleo y expulsar a todos los bancos rusos del sistema SWIFT para detener a Putin. Además, recuerda a la UE que “los tiempos difíciles requieren decisiones difíciles”.

Por su parte, la Presidenta Von der Leyen y el Presidente Michel han comparecido hoy en el Parlamento Europeo para debatir sobre las sanciones y las conclusiones del Consejo Europeo de 24 y 25 de marzo.

De un lado, Von der Leyen en nombre de la Comisión Europea además de explicar el nuevo paquete de sanciones que anunció ayer junto con Borrell y las medidas energéticas acordadas con Estados Unidos, ha dedicado parte de su discurso a hacer hincapié en la investigación que se llevará a cabo en Ucrania para esclarecer los hechos en localidades como Bucha. Además, ha reafirmado que visitarán al Presidente Zelenski en Kiev a finales de esta semana.

Por otra parte, debido a la Cumbre UE-China que se celebró el pasado 1 de abril también una parte de su discurso ha estado dirigida al gigante asiático. En este sentido, mantiene que “nadie puede ser neutral ante una agresión tan descarada contra civiles” y le exigió una postura clara al respecto máxime cuando es miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

De otro, el Presidente del Consejo Europeo Charles Michel, además de referirse a las cuestiones anteriores ha realizado algunas consideraciones respecto de la seguridad alimentaria, destacando la iniciativa francesa FARM. Asimismo, expresa que él considera que “las sanciones relativas al petróleo, e incluso gas, serán también necesarias antes o después”. Recordemos que, por el momento, únicamente se ha propuesto una prohibición de importación de carbón ruso por valor de 4.000 millones de euros al año.

En su discurso ha dado importancia a la adopción de la Brújula Estratégica el 21 de marzo, al envío de armas por primera vez de la UE a un Estado en guerra, a la cláusula de asistencia mutua y a las nuevas acciones como la decisión de crear una Capacidad de Despliegue Rápido integrada por 5.000 efectivos. Precisamente en relación con la seguridad y defensa europeas ha sostenido que: 

“Esta guerra en Ucrania es un momento de la verdad y un momento de urgencia para la Unión Europea. Esta guerra en Ucrania nos abre los ojos, si es necesario, a la urgencia de reforzar la soberanía europea, de construir una Unión Europea estratégica. Y el último Consejo Europeo, tras la reunión de Versalles, fue una oportunidad para dar pasos adicionales en esta dirección para la defensa europea, para una mayor independencia en el campo de la energía o en el campo de la seguridad alimentaria.”

Es también digno de mención su mensaje dirigido a los soldados rusos, en el que les anima a abandonar el campo de batalla y pone sobre la mesa que debe otorgarse asilo a dichos soldados. Esta es, además, una de las ideas incluidas en el plan de 10 puntos propuesto por Polonia para terminar la guerra.

Por último, también ha intervenido el Alto Representante Josep Borrell tocando en su discurso todas las cuestiones anteriores y destacando especialmente que por el momento a Ucrania se le han destinado ayuda militar por ayuda por 1.000 millones de euros a través del Fondo Europeo para la Paz (European Peace Facility), para lamentarse después porque desde que empezó la guerra se han abonado a Rusia 35.000 millones de euros por la energía suministrada. Asimismo, ha insistido en la necesidad de seguir disminuyendo la dependencia energética de Rusia subrayando que “hoy acabamos con el carbón, pero es una parte muy pequeña de la factura”.

Por su parte, el Reino Unido también ha decidido endurecer sus sanciones en esta misma línea al haber confirmado que prohibirá las importaciones de carbón ruso para finales de 2022. No obstante, ha ido un paso más allá al decidir que para finales de este año también acabará con toda su dependencia respecto del petróleo, y lo más pronto posible respecto del gas.

En relación con esto último, hay Estados que no se muestran plenamente satisfechos con las sanciones. Este sería, por ejemplo, el caso de Lituania cuyo Ministro de Exteriores, Gabrielius Landsbergis, expresa que le decepciona que las propuestas no incluyan el petróleo además del carbón. Así subraya que “si no estamos hablando de algo tan fundamental como el petróleo, no es un gran golpe” para Rusia.

No obstante, señala que renunciar al gas es una cuestión mucho más difícil para numerosos Estados de la UE, pero que Lituania ya ha adoptado esta decisión porque estaban preparándose desde 2014; año desde el cual han reducido su dependencia en un 30%.

Mientras que algunos Estados como hemos ido viendo en días anteriores reclaman más medidas y el endurecimiento de las ya adoptadas, otros como Hungría no se encuentran completamente alineados con la política de la UE frente a Rusia. Un ejemplo de esto es la declaración del Primer Ministro Viktor Orbán en la que afirma que “no tienen ninguna dificultad para pagar en rublos” y que “si los rusos nos piden pagar en rublos, pagaremos en rublos”.

Cabe recordar que esta ha sido una de las medidas controvertidas y sobre la que no había información del todo clara a raíz de la conversación del Presidente Putin con Olaf Scholz y la firma del decreto en el que afirmaba que si los países “no amistosos” del Kremlin no pagaban el suministro de gas en rublos a partir del 1 de abril se consideraría un incumplimiento de contrato y, por ende, se suspenderían los contratos.

A colación de lo anterior puede destacarse que hoy ha comparecido el Canciller Olaf Scholz ante el Bundestag alemán. Ha reafirmado la intención del Gobierno de reducir la independencia de los combustibles fósiles rusos en general y se ha comprometido a acelerar la preparación de las infraestructuras de GNL en el país.

Otras de las cuestiones que previsiblemente saldrían a la luz en el debate es el envío de armas a Ucrania, ya que suponía un cambio en relación con decisiones de gobiernos anteriores y con la posición inicial del suyo propio. En relación con esto, promete que realizará más envíos de armas incluyendo “todo aquello que tenga sentido y que pueda surtir efecto rápidamente”.

Por otro lado, la Ministra de Exteriores de Alemania junto con sus homólogos de Estados Unidos, Francia, Italia y Reino Unido se han reunido en el formato “Quint” para hablar sobre la situación en Ucrania. Encuentro que se ha realizado al margen de la reunión de los Ministros de Exteriores de la OTAN que se iniciaba también hoy y continuará el día de mañana.

El Secretario General de la Alianza, Jens Stoltenberg, ha afirmado que ha hablado con el Primer Ministro Orbán y que los aliados están unidos y preparados para apoyar a Ucrania en el largo plazo fortaleciendo las sanciones y aumentando la disuasión y defensa. Esta actitud se debería a que considera que la guerra “puede durar años” al no haber visto los miembros de la OTAN “indicios de que el Presidente Putin haya cambiado su ambición de controlar toda Ucrania y también de reescribir el orden internacional”.

Moviéndonos al plano humanitario, los Presidentes Zelenski y Macron, además de hablar del curso de las negociaciones y las sanciones, han abordado en su llamada de hoy la necesidad tanto de que se lleve a cabo una investigación especialmente en la zona de Kiev para investigar las atrocidades que se están cometiendo, como de hacer llegar ayuda humanitaria a las ciudades que aún están bloqueadas.

No obstante, ya no solo hay obstáculos para lograr la evacuación de civiles, sino también en relación con los prisioneros de guerra. En relación con esta cuestión, la Viceprimera Ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, confirma que en Ucrania hay alrededor de 600 prisioneros rusos y que están negociando su canje por militares ucranianos. En el proceso de negociación han incluido al Comité Internacional de la Cruz Roja, si bien confirma que una de las principales dificultades es que las tropas rusas tendrían como rehenes no solo a militares, sino también civiles (por ejemplo, alcaldes, periodistas, voluntarios, clérigos, trabajadores, etc.).

Al respecto, según informa Vereshchuk la condición de Rusia es que el intercambio se realice de militares por militares, y de civiles por civiles. En consecuencia, a los negociadores rusos les plantea “¿deberíamos capturar también a rusos de todo el mundo para ser un fondo de intercambio? Pero no somos terroristas ni piratas, así que no actuaremos así».

La cifra de víctimas civiles sigue aumentando. La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha registrado un total de 1.563 fallecimientos, incluidos 130 niños, así como 2.213 heridos, incluyendo a 188 niños hasta el día de ayer.

La cifra de desplazados, tanto internos como externos, tampoco deja de aumentar. En particular, según el portal de la mencionada Oficina sobre la situación en Ucrania, estaríamos hablando de 4.278.789 millones de refugiados que se encuentran ahora principalmente en Polonia, Rumanía, Moldavia, Hungría, Eslovaquia y Bielorrusia, pero también en Rusia.

Por último y también en relación con derechos humanos, el representante de Rusia ante las Naciones Unidas ha amenazado a los países que mañana voten en la Asamblea General a favor de su expulsión del Consejo de Derechos Humanos. Además, la advertencia también se dirigía a los países que se abstengan o no participen en la votación, ya que Rusia lo verá como “un gesto antipático”.


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