El segundo día de operaciones en la guerra de Ucrania ha sido extremadamente confuso. Si bien las tropas rusas seguían intentando progresar por las líneas de avance marcadas ayer, se ha hablando también de varias operaciones complementarias, algunas de ellas sorprendentes, como un supuesto desembarco en Mariupol y un asalto helitransportado en Nikolayev que no se ha podido confirmar. También se habría abierto un nuevo eje de avance al noroeste del país, desde la localidad bielorrusa de Stolin hacia la ucraniana de Rivne.
La segunda jornada de la guerra de Ucrania se iniciaba con noticias sobre un ataque a la base aérea rusa de Milerovo, en Rostov. En un principio las informaciones hablaban del lanzamiento de dos misiles Tochka que habrían impactado en la pista, algo sumamente difícil por su círculo de error probable, que ronda los 90 metros. Posteriormente se hacía referencia a la posibilidad de que hubiesen sido producto de la incursión de un drone de diseño turco TB-2 armado con municiones guiadas. Sin embargo, tal y como informamos ayer, la principal base desde la que operaban estas aeronaves no tripuladas había sido atacada por misiles de crucero rusos, lo que también complica esta posibilidad.
Lo importante, no obstante, sucedía en los alrededores de Kiev. Ya a primera hora se sabía que las tropas rusas habían logrado llegar a Dymer, al noroeste de la capital. Tropas a las que se unirían otras muchas más en localidades de alrededor. Además, la llegada de estas unidades permitiría zanjar la espinosa cuestión del aeropuerto Antonov de Kostomel. Si recordamos el informe de ayer, Rusia había intentado un asalto helitransportado muy arriesgado, que había terminado con un contraataque ucraniano contra las infantería ligera rusa, obligada a dispersarse por los bosques cercanos. Después de intensos combates, parece que la llegada de efectivos de las VDV (fuerzas aerotransportadas rusas) permitió asegurar el control del aeropuerto y obligó a los ucranianos supervivientes a retirarse hacia la capital.
Las tropas rusas no se harían esperar y algunas avanzadillas rusas llegarían en cuestión de minutos a los barrios más al norte, con combates registrados por ejemplo en Obolon e Irpin. Posteriormente, el avance ruso por el este de la capital les permitiría llegar tan al interior como Berezniaky, tal y como se aprecia en el mapa. Sin embargo, no era una acción decidida por parte rusa, lo que permitiría a los ucranianos defenderse. Además, con algún suceso rocambolesco y difícil de confirmar, como el abatimiento de soldados rusos que tras robar un par de camiones y con uniformes ucranianos habrían tratado de adentrarse en la ciudad.
Por otra parte, el Presidente Zelensky llamaba a los ciudadanos a resistir a cualquier precio y repartía armas a la población para una defensa calle por calle y casa por casa, posicionándose el Ejército, la Guardia Nacional y patrullas ciudadanas a lo largo y ancho de la capital. Las imágenes de puentes volados (esta vez sí) y barricadas eran suficientemente elocuentes, aunque no tanto como la aparición estelar del ex-Presidente, Petró Poroshenko en televisión, ataviado con un fusil de asalto y dispuesto a entregar su vida por la patria (al menos de cara al público). Zelensky hacía algo parecido, también, pero menos impactante.
Otra parte de los combates importante tendría como escenario la central hidroeléctrica de Kiev, una presa al norte de la capital que al parecer ha sido finalmente tomada e inhabilitada por los rusos, provocando apagones en la ciudad. De la misma forma, las sirenas de ataque aéreo han sonado constantemente durante el día y se espera una noche larga, pues siguen sonando mientras redactamos esta crónica.
Sea como sea, parece que esta guerra se decidirá en Kiev, salvo sorpresa. Al fin y al cabo, Putin ha marcado a las claras sus objetivos políticos, aquellos que la herramienta militar debe esforzarse por cumplir y que son los siguientes:
- El reconocimiento de la soberanía rusa sobre Crimea por parte de Ucrania;
- El rechazo a un futuro ingreso en la OTAN;
- El final de la recepción de armas desde Occidente (desmilitarización de Ucrania) y;
- Que Donetk y Lugansk tengan su territorio completo.
Por supuesto, son condiciones por el momento inasumibles para un Zelensky que parece estar fiándolo todo a la resistencia a ultranza en las ciudades, imponiendo así dos costes a Putin:
- Alto número de bajas, lo que supondría una merma de su popularidad en Rusia (por el momento apenas ha habido algunas manifestaciones en ciudades como Moscú o Ekaterimburgo que la policía ha disuelto deteniendo a los cabecillas).
- Alto número de civiles ucranianos muertos, lo que serviría para erosionar más si cabe la imagen internacional de Putin.
Mientras esto pasa, la OTAN ha activado sus Fuerzas de Respuesta Rápida y se prepara para reforzar su flanco este, mientras estados como Finlandia se plantean más que nunca pasar a formar parte de la Alianza. China, por su parte, además de llamar a las partes a negociar, ha eliminado cualquier limitación a la importación de trigo ruso, lo que servirá para que Moscú lidie con las sanciones, como las que la Unión Europea debe implementar tras aprobar esta misma tarde.
Por su parte, Putin ha pedido a los militares ucranianos que eviten la matanza deponiendo a Zelensky y hemos podido ver cómo en Grozni se movilizaba a cientos de chechenos supuestamente para enviarlos a asaltar Kiev, en una operación de guerra psicológica de libro destinada a amedrentar. Además, tanto uno de los principales asesores de Zelensky como el ministro de exteriores ruso, Serguéi Lavrov han abierto la posibilidad de negociar, pero por el momento no se ha cerrado nada dadas las inaceptables condiciones y las tropas rusas siguen con su avance, intentando ganar la mayor cantidad de territorio posible, la mejor baza para una negociación.
Respecto al número de muertos, se puede afirmar sin miedo a equivocarse, que asciende ya a varios miles. El Ministerio de Defensa de Ucrania, seguramente elevando la cifra para insuflar moral a sus tropas y a la ciudadanía, hablaba hace horas de alrededor de 1.450 rusos muertos. Posteriormente daban cifras de hasta 2.800 rusos abatidos. No las ofrecía, eso sí, sobre la cantidad de ucranianos, militares y civiles, que podrían haber fallecido. En cualquier caso, a tenor de los múltiples vídeos que hemos podido ir viendo a lo largo el día en canales de Telegram, cuentas de Twitter y diversos medios más, la cantidad de emboscadas, ataques aéreos y salvas de misiles (como la que está lanzando Rusia en estos momentos), sin duda se estará cobrando un buen número de vidas.
Volviendo sobre las operaciones militares, el resumen por frentes al anochecer de este segundo día de la guerra de Ucrania es el siguiente, con avances rusos que se resumen en el mapa que Jane’s ha compartido y que podéis ver más abajo:
- Norte: Los rusos han seguido avanzando desde Gómel (Bielorrusia) hacia Kiev. Se han visto tropas rusas en Dymer, Bucha o Ivankov, conformando una pinza sobre la capital ucraniana. En el otro eje de avance, desde Klintsy (Bielorrusia) hacia Chernigov no parece que se hayan encontrado problemas y se cree que controlan todo este óblast. Además, se habla de una tercera línea de avance desde Stolin (Bielorrusia) en dirección a Sarni y Rivne, en el óblast del mismo nombre y un importante nudo ferroviario, aunque está por confirmar y no figura en el mapa. El control del aeródromo de Antonov permitiría en principio a Rusia situar refuerzos con aire a toda velocidad, algo sobre lo que se ha hablado, pero de lo que no hay imágenes.
- Noreste: El eje de avance desde Kursk y Kurchatov (Rusia) hacia Ucrania, penetrando por Sumy (la primera capital conquistada por los rusos), no parece haber vivido grandes cambios, aunque han seguido los combates y los bombardeos, especialmente intensos sobre Járkov. Esta ciudad, sin duda el objetivo de Rusia, ha sido sometida a lanzamientos de cohetes y ataques aéreos, así como con misiles de crucero, por el momento resistiendo el asalto del 1º Ejército de Tanques y del 6º Ejército combinado rusos.
- Este: Desde las autoproclamadas repúblicas, los proxies rusos parecen haber culminado buena parte de su trabajo, especialmente más al norte, al haber cruzado el río Dónets en Lopaskino, preparando así el terreno al avance ruso. Los ucranianos han volado puentes como el de Shastia en previsión de lo que pueda pasar.
- Sur: La zona más interesante para el análisis, dentro de lo dramática que está siendo la guerra de Ucrania es sin duda la zona sur. Desde Crimea, los rusos han seguido enviando unidades (hemos podido ver a las VDV) hacia Jérson, mientras la lucha por el puente sobre el Dniéper proseguía y los bombardeos eran una constante. Los avances más espectaculares se daban hacia el este, en dirección a Mariupol, controlando Rusia Melitopol. A lo largo del día han saltado informaciones sorprendentes sobre: a) un asalto anfibio durante la tarde a la ciudad de Mariupol, del que nada se sabe. Por muchas razones, intentar una operación de este tipo al atardecer es una locura. No obstante, el salto helitransportado de ayer, sin el control absoluto del espacio aéreo y sin apoyo artillero también era arriesgado y lo hicieron; b) un asalto helitransportado sobre Nikolayev, del que tampoco hay más datos más allá de imágenes de algunas explosiones y en el que se habría utilizado también a las VDV. Además, en el mar se han reportado ataques a dos buques civiles con misiles y se ha completado la conquista de la isla de las serpientes. En cualquier caso, lo importante de cara a las operaciones es que los rusos, esta vez sí, parecen haber consolidado la cabeza de puente en Jérson y estarían avanzando en dirección a Odessa, con la intención de controlar todas las salidas de Ucrania al Mar Negro.
Dejando de lado los movimientos, cabe hacer algunas reflexiones sobre lo que estamos viendo en esta guerra de Ucrania y que, en algunos casos, resulta sorprendente:
- Artillería: parece que Putin, del abanico de opciones que sin duda le presentaron los militares, optó por lanzar una operación rápida e incruenta que no ha salido del todo bien. En lugar de hacer un uso intensivo de la artillería, avanzando poco a poco sobre el terreno preparado por esta, se han dedicado a lanzar ataques en profundidad con medios inadecuados y tropas que en algunos casos parecían bisoñas.
- Drones: sorprende que no se estén viendo imágenes de drones ni rusos ni ucranianos. Por supuesto, se estarán empleando drones de pequeño tamaño para el reconocimiento por parte de las avanzadillas rusas y también para obtener objetivos para la artillería, pero dado el apagón informativo, carecemos de imágenes como en otros conflictos.
- Guerra cibernética y electrónica: muchos usuarios se preguntaban en Twitter cómo es posible que no se esté haciendo un uso intensivo de ambas herramientas. Sin embargo, hay buenas razones para creer que sí se están empleando, aunque no haya demasiada evidencia dado que su empleo no es algo evidente ni tiene por qué afectar a webs con gran difusión (bastaría con atacar por ejemplo algunos sistemas SCADA o comunicaciones militares). Aun así, sorprende que las redes móviles sigan funcionando en la mayor parte del país, por ejemplo.
- Unidades en combate: Rusia no parece haber empleado hasta el momento ni entre el 1/3 y 1/2 de las fuerzas acumuladas durante los meses previos en Crimea, Rusia y Bielorrusia. De hecho, ni siquiera parece que estén utilizando las unidades más potentes, haciendo un uso intensivo de infantería ligera. No se han visto grandes columnas de carros de combate, por ejemplo, quizá porque se buscaba esa operación sorprendente, quirúrgica e incruenta que cada vez parece más difícil de concluir con éxito.
- Aviación: Sorprende que Rusia no haya sido capaz de dejar completamente en tierra a la fuerza aérea ucraniana. Si ayer comentábamos que tras las dos oleadas de misiles de crucero y balísticos, así como la campaña aérea, la fuerza aérea ucraniana debía ser historia, a estas horas Rusia continúa atacando aeródromos en Myrhorod (Poltava) o Kulbakino. Además, durante el día se han publicado muchas noticias contradictorias sobre aparatos rusos derribados por aviones ucranianos, aunque lo único que realmente se ha podido confirmar es el derribo de un Su-27 ucraniano por un sistema antiaéreos Buk-M sobre Kiev la pasada madrugada. En cualquier caso, Rusia, poco acostumbrada a las operaciones SEAD, al menos tal y como las concebimos en Occidente, está teniendo problemas para eliminar los restos de la defensa aérea de Ucrania.
Dicho todo lo anterior y salvo que el gobierno de Zelensky se avenga a negociar en las próximas horas, el escenario es preocupante y lo que parecía una guerra corta podría durar semanas, con el consecuente coste en vidas. Si el peor de los escenarios se cumple y las tropas rusas no logran hacerse con objetivos importantes, Putin se vería obligado a hacer uso de la artillería y las unidades mecanizadas para forzar a Zelensky a capitular, mientras esconde su propia debilidad.
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